Merijn van de Laar, experto en sueño, desmiente el mito de dormir 8 horas: “No necesariamente más saludable”

El descanso es una parte fundamental en el día a día de cualquier persona. Sana y regenera el organismo, además de dotarlo de las herramientas necesarias para vivir de una manera más eficiente y saludable. Por este motivo, son muchos los profesiones que muestran una gran preocupación por conocer los secretos que se esconden detrás de un buen descanso, así como descubrir qué nos lo roba para poder recuperarlo.

Uno de ellos es Merijn van de Laar, doctor, científico y terapeuta del sueño que lleva décadas persiguiendo estos objetivos, los cuales han terminado por convertirse en una obsesión. En este contexto, el joven ha publicado un libro, ‘Cómo dormir como un cavernícola’, en el que revela cómo los hábitos de nuestros antepasados pueden sernos de mucha ayuda para desarrollar patrones propios de sueño.

Merijn propone llevar a cabo un proceso de reconciliación personal con el descanso que nos lleve a entenderlo como lo hacían aquellos que vivían en sintonía con la naturaleza, que no contaban con periodos de descanso establecidos y no tenían que hacer frente al insomnio. En otras palabras, individuos que, sin ningún tipo de herramienta, se las ingeniaban para descansar con claridad.

Recientemente, van de Laar ha concedido una entrevista a los compañeros de ‘El Confidencial’ en la que ha hablado sobre el descanso y los trucos para dormir mejor, además de desmentir uno de los mitos más arraigados y extendidos en el seno de la población: la necesidad de dormir 8 horas.

“La idea de que necesitamos ocho horas de sueño proviene de la Revolución Industrial. Robert Owen, un reformador social, planteó un argumento contrario a las largas jornadas laborales en fábricas de aquella época. Indicó que era importante dormir 8 horas, descansar 8 horas y trabajar 8 horas”, expresa. Un pensamiento ante el cual se opone con rotundidad.

“Es un objetivo muy ambicioso”

El científico explica su punto de vista: “Si observamos la población actual, vemos que solo entre 10 y el 25% duerme ocho horas o más. La media ronda las siete horas, y lo habitual está entre seis y ocho horas”, afirma, para posteriormente asegurar que “dormir ocho horas es un objetivo muy ambicioso y no necesariamente más saludable”.

Para terminar, Merijn recalca que dormir más no evita contraer enfermedades ni permite tener una vida más longeva: “Las personas que duermen 5 horas y media tienen la misma tasa de mortalidad que quienes duermen ocho horas, y las enfermedades crónicas aparecen con igual frecuencia en ambos grupos”, concluye.

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