LA DORMIMLONA

¿Pala de pádel de invierno o de verano?

Los diferentes materiales y cómo estos rinden ante las cambiantes condiciones climatológicas harán que uno u otro tipo sea más indicado.

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En el mundo del pádel el objeto estrella es la pala de pádel. El objeto de deseo por antonomasia para todos los amantes de este deporte que, además, es la joya de la industria y el producto más vendido año tras año. Pero, ¿existen diferencias entre palas de pádel y palas de verano?

Muchas más allá de lo que se puede pensar, las palas de pádel son herramientas muy, muy sensibles. La temperatura, los cambios de estación y las condiciones en las que trabajan harán que determinen su rendimiento y la forma en la que se comportan dentro de la pista.

Y, ahora, que ha llegado oficialmente la temporada de verano a muchos jugadores les surge una duda. ¿Debo cambiar mi pala de pádel? La respuesta evidente es que no es necesario, pero sí hay que remarcar ciertas diferencias según el tipo de pala que harán que trabajen de una u otra forma.

Por ello vamos a analizar cómo son las palas de pádel de inverno y las palas de pádel de verano.

Palas de pádel en inverno

El invierno se caracteriza por unas condiciones climatológicas adversas. El frío, la lluvia y la humedad hacen que el juego sea muy marcado y diferente al de otras épocas estaciones haciendo que, por tanto, el rendimiento tanto de la pala como la pelota sea muy particular.

Con bajas temperaturas la pelota tendrá menos rebote o y la pala de pádel una menor salida de pelota. Una conjunción de dos factores que hará que el juego sea menos potente, rápido y dinámico.

¿Por qué? La pala de pádel, por los materiales de los que está compuesta, tiende a endurecerse, a comprimirse y a proporcionar un menor rebote al impacto con la pelota. Esto hará que el juego sea menos explosivo y que prime el control por encima de la potencia.

Serán las palas con gomas de tacto blando y gran salida de pelota y materiales de construcción como la fibra de vidrio las que harán que el juego sea más agradable y fluido por su capacidad para mantener sus condiciones intactas.

Palas de pádel en verano

El verano es el caso antagónico al inverno. Las condiciones climatológicas hacenn que la pala tenga una tendencia a volver más blanda al sufrir una clara modificación por elementos como el sol, las altas temperaturas o el rendimiento de una pelota más viva.

Con altas temperaturas la pala tiende a volver ‘chicle’. Una expresión del argot padelero que recoge la tendencia de los materiales a dilatarse y volverse más blandos haciendo que la salida de pelota sea mayor, el rebote más profundo y el juego más rápido.

Materiales como la gomas de tacto intermedio o los diferentes tipos de carbono según su grado harán que las prestaciones de juego varíen menos con la incidencia de la época estival haciendo que el juego sea controlado a la par que potente y dinámico.

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