Wawrinka encontró soluciones ante Nadal y ganó en Australia

El suizo Stanislas Wawrinka gana a Nadal y consigue su primer Grand Slam en Australia. Se impuso en cuatro sets: 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 (vídeo). Una lesión de espalda acabó con las esperanzas del español de sumar su decimocuarto Grand Slam.


Repasar el tenis de Wawrinka durante el primer set y medio de la final de Melbourne basta para concluir que el bueno de Stan parece una persona nueva. ‘Stanimal’, como ha sido apodado en Twitter estos días, estálejos de tener las dudas sobre símismo que le han acompañado toda su carrera. Y por eso está jugando mejor que nunca y ha sumado su primer Grand Slam tras superar consecutivamente a Djokovic, Berdych y el mismísimo Nadal. Es imposible contar el partido sin reseñar la lesión de Rafa, pero no hay duda de que hasta que la espalda del balear crujió, el nuevo nº 3 mundial dominó el duelo con autoridad.

Un tenista de maduración lenta

Camino de los 29 años y en su trigésimo sexta participación en un Grand Slam, Wawrinka alcanzó y ganó su primera final de un grande. Su caso es algo parecido al de Ferrer, que el pasado junio disputó por vez primera el último partido de Roland Garros. ‘Stanimal’ lo logró con seis participaciones menos. Pero el proceso de maduración de cada jugador es distinto. El de Wawrinka, siempre a la sombra de Federer, nunca fue rápido. Lawrence Frankopan, su exagente lo explica tirando de cliché: “Stan es como el buen vino, cuanto más viejo, mejor”.

Wawrinka necesitó seis años para alcanzar la segunda semana de un Grand Slam (Wimbledon 2008), ocho para alcanzar la ronda de cuartos de final US Open 2010) y hasta el pasado otoño no pisó una semifinal (US Open 2013). A su edad su incómodo amigo Federer ya tenía dieciséis Grand Slams en el raquetero… Y tampoco es Roger un ejemplo de maduración tenística prematura que digamos... El caso es que Suiza ya luce tres campeones distintos de Grand Slam: Federer, Hingis y Wawrinka.

Federer, un incómodo referente

Wawrinka nunca ha pretendido ser el relevo de su amigo Roger. Pero Suiza es un país pequeño y la comparación con el recordman mundial del tenis hasta la fecha es inevitable. Más si cabe con un elegante revés a una mano… Una reciente declaración de Stanislas a ‘NZZ am Sonntag’ durante el ATP Finals de Londres, resume la fragilidad humana de Wawrinka: "En comparación con Roger , no soy nada". Razón no le falta, pero con su victoria en Australia es el tercer tenista del planeta, tras Nadal y Djokovic. Y el primer suizo. Federer sufrió un nuevo y duro varapalo ante Nadal y es desde hoy octavo de la lista.

Wawrinka era hasta ahora un tenista muy talentoso, pero de mentalidad frágil, que tendía a caer en la negación de sí mismo. Un tipo de mirada huidiza, incómodo en el primer plano y ciertamente acomplejado por el 'Big 4'. Sin embargo, ya tiene el honor de ser el primer tenista que irrumpe en el cuarteto desde que lo hiciera Del Potro en el US Open 2009. El tenis es un deporte muy duro mentalmente, en el que es imprescindible saber gestionar el ego al tiempo que es imprescindible confiar ciegamente en uno mismo. La soledad del tenista en la pista puede llegar a ser asfixiante…

Las soluciones

Es difícil situar el punto de inflexión de Wawrinka previo al éxito australiano. Ese momento en el que su pensamiento cambió y le permitió entrar en la historia del deporte de la raqueta. Tal vez fuera su derrota en cinco sets frente a Djokovic del 2013 o la llegada de Magnus Norman a su carrera. El caso es que el chaval de Vaud St –Barthelemy, que abandonó su idílico entorno rural con 14 años para seguir formándose en Barcelona, ha dado la campanada que nadie esperaba ante el tenista con mayor instinto asesino de la historia.

‘Stanimal’ sabe ahora que tiene las soluciones en su mano. Esas que dominan con maestría los súper campeones. Se le ve más decidido y resuelto. Hasta su voz parece más fuerte. Ha trabajado muy duro hasta encontrar la recompensa y lleva tatuado en el brazo la fórmula que le ha llevado al éxito: “Ever tried. Ever failed. No matter. Try Again. Fail again. Fail better. Read more". Una frase del dramaturgo irlandés Samuel Beckett, que parece resumir a la perfección lo que ha sido su carrera. Camilo José Cela acostumbraba a decir: “la inspiración es trabajar una buena porción de horas…” Esperemos que Wawrinka tenga pensado quedarse y seguir trabajando...

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