El Dakar más inesperado

Manolo y Mónica Plaza compartirán su cuarta visita al desierto gracias a la Universidad Nebrija y SodiCars, dejando atrás la incertidumbre de hace una semana.

Madrid
Pipo López

Si todo puede cambiar en un segundo, ¿cuánto no puede hacerlo en una semana? Ese ha sido el tiempo en el que Manolo y Mónica Plaza han pasado de celebrar las Navidades en casa, a hacerlo en el desierto de Arabia Saudí. Padre e hija se embarcan de nuevo a la aventura del rally más duro del mundo, de una manera tan ilusionante como imprevista, que ha impedido incluso que Manolo estuviese presente durante la presentación de un proyecto que ya ha vivido su primera carrera antes de estrenar la edición. Ha sido contra el cronómetro, pues hasta 30 minutos antes estuvieron vinilando el coche que surcará las dunas, pero finalmente pudieron desvelarlo al mismo tiempo que mostraron todo el trabajo y esfuerzo que hay detrás de un prototipo que llega para quedarse.

Apuntan a un proyecto a largo plazo que ha necesitado de este primer año, para poder sumar un segundo, tercero y los que surjan en el futuro. Manteniendo la esencia del Dakar, la presentación hizo alusión a esas pequeñas grandes historias que guarda la carrera del desierto que afrontaron por primera vez Manolo y Mónica juntos cuando la prueba desembarcó en Arabia. La niña a la que no le salían las cuentas, finalmente tuvo tiempo de pillar a su padre todavía con la ambición de competir y juntos buscarán finalizar en la que será su cuarta participación (16º de Manolo y cuarta de Mónica) en el rally más duro del mundo.

Cuatro pilares tienen la culpa de ese sueño. Universidad Nebrija, SodiCars, Coordinadores y la pareja que se subirá dentro del coche, han sido la base de un proyecto por el que Mónica reconoce que se sienten “super afortunados”. El bajón que les dejó el cuarto día de la pasada edición, cuando tuvieron que abandonar después de que les chocase un camión “tirando todo el trabajo de un año al traste”, se superó con una propuesta tan inesperada como esta participación. Un móvil de repuesto en el campamento y todo el trabajo posterior tienen la culpa de que el sueño se haya hecho realidad y cuando Manolo vuelva de Marruecos, será el momento de recuperar “otra vez la ilusión de poder competir en el Dakar”.

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