“Cuando vi a Al Attiyah pasarse la meta, sabía que no era bueno”

Dentro de todos los escenarios que había posibles para el desenlace del Mundial de Rally Raid (W2RC), nunca se barajó el final que se acabó viviendo entre Lucas Moraes y Nasser Al Attiyah. Antes de afrontar el último día de carrera ya quedó lo suficientemente claro que la coronación se retrasaría hasta el último momento, pero no de la manera en la que lo hizo. Ya que una vez el qatarí superó la meta... fue cuando perdió la corona en favor del piloto de Toyota y Repsol. Que entre lágrimas y caras de satisfacción, aseguraba qu “si hubiera que escribir el guion de este final, hubiera sido imposible escribir algo así”.

Los propios protagonistas mostraban su incredulidad en la llegada al vivac, donde los contrastes de alegría y tristeza eran más que evidentes entre ambos candidatos. Y aunque la última parte de la especial no fue perecta para Moraes, con un problema en el Toyota y dos errores de navegación que también conllevarían sanción, el brasileño inemdiatamente entendió que “cuando Nasser se pasaba la línea de meta, supe que eso no era bueno”. No le faltaba razón. El qatarí fue sancionado con una hora que le borraba por completo de cualquier lucha a nivel mundial y por la carrera. Aunque en un primer momento “la FIA vino a mí y me dijo que no sabían quiénes eran los campeones, ya que era una mala decisión pasarse de la meta sin parar”. Y por ese mismo motivo llegó la sanción que proclamó a Lucas campeón.

Entonces llegó el momento de asimilar lo que estaba pasando para Moraes: “Es una locura todo lo que está pasando. Todo esto simplemente es increíble. Quiero decir, he tenido que luchar con leyendas como Nasser (Al Attiyah) y Loeb, los respeto mucho. He crecido viéndolos en la televisión y poder luchar contra ellos es simplemente increíble. Pero sí, todo esto ha terminado y estamos aquí. Somos los campeones del mundo, lo hemos conseguido y quiero dar las gracias a todo el equipo". Ese, del que se despide por todo lo alto antes de poner rumbo a Dacia, con un título mundial y cuatro podios en una temporada casi perfecta para el brasileño.

Paradójicamente, lo más complejo del curso fue plantar cara en Marruecos a un Al Attiyah al que “solo logramos vencer durante los dos últimos días” de carrera; y “solo por unos segundos”. La batalla por la corona nunca dejó de ser ajustada y fue “muy dura” para un Moraes que nunca quiso arriesgar de más a pesar de que lo dio todo para lograr este sueño. El brasileño reconoce que, día tras día, “era imposible saber cómo iba a acabar todo esto”. Pero terminó con Lucas destronando “a dos leyendas que lo son por una razón”, del mismo modo que lo será él a partir de este momento.