Ledecky, a la altura de Phelps
La estadounidense ganó los 1.500 libre con la tercera mejor marca de siempre y sumó su 15º oro individual en unos Mundiales, los mismos que consiguió Michael Phelps en su carrera.
El primer título mundial de los 1.500 libre para Katie Ledecky lo ganó en Barcelona, hace una década. Tenía 16 años y venía de ganar un oro histórico (800) en los Juegos de Londres 2012. Desde la piscina del Palau Sant Jordi hasta la de Fukuoka la nadadora de Whasington no ha perdido ni una carrera en los 1.500 libre, prueba en la que posee las 16 mejores marcas de la historia y todos los títulos habidos y por haber. En la noche japonesa, Ledecky se subió por quinta vez seguida a lo más alto del podio en la prueba larga de piscina, por 15º vez en pruebas individuales. Un número que le iguala a Michael Phelps y que podría superar al ser la favorita indiscutible en el 800.
La estadounidense marcó el ritmo desde el comienzo, en una carrera que para ella es un reloj. Con parciales de 30 y 31 segundos empezó a distanciar a sus perseguidoras. Solo la italiana Simona Quadarella (campeona mundial en 2019 por la ausencia de Ledecky) fue la única que la veía siempre en el mismo largo, porque la distancia de Ledecky siempre es sideral. No hay nadie que nade mejor y más rápido el estilo libre. Incluso le dio tiempo de sprintar en el tramo final, indiscutible su afán competitivo, lo que le valió para marcar 15:26.27. Su mejor marca, el récord mundial, es de 15:20.48, conseguido en 2018.
Por detrás de Ledecky llegó la italiana, que se colgó una plata que sabe a oro teniendo en cuenta que Ledecky sigue siendo de otro planeta (15:43.31), y el bronce lo pescó la china Bingjie Li (15:45.71).
La resurrección de Meilutyte, oro en 100 braza diez años después
El oro de Ledecky eclipsó la jornada de la tarde, junto con el intento fallido de David Popovici de alcanzar el récord de Paul Biedermann en los 200 libre, pero siempre queda luz para Ruta Meilutyte, una nadadora que guarda detrás una historia como la de pocos. Oro en los 100 braza en los Juegos de Londres 2012, campeona del mundo en Barcelona en 2013, empezó a bajar sus marcas y sus prestaciones hasta que decidió retirarse en 2019 debido a una depresión. Su marcha fue en silencio, como su regreso, poco a poco, hasta que de nuevo ha vuelto a coronarse en lo más alto.
Con su nado característico, agresivo, como si la persiguieran, la lituana empezó el primero 50 por debajo del récord mundial (29.78) para después mantener la ventaja pese al cansacio (1:04.62). La lituana, formada en Gran Bretaña, que agradeció a sus padres haberla apuntado a natación, ha sido la única capaz de nadar por debajo de 1:05, a lo que se le añade que la final fue más lenta de lo esperado. La plata se la colgó la sudafricana y plusmarquista mundial del 200, Tatjana Schoenmaker, con 1:05.84, y el bronce fue para la campeona olímpica Lydia Jacobi, con 1:05.94.
Las otras finales de la jornada fueron los 100 espalda. En categoría femenina se impuso la favorita, la australiana Kylie McKweon, que rozó su propio récord mundial aunque se conformó con el de los Campeonatos (57.53). Regan Smith fue plata con 57.78 y su compatriota, Katharine Berkoff fue bronce (58.25). Ninguna otra nadadora bajo de 59. Si sumó otro oro en categoría masculina Estados Unidos. El eterno Ryan Murphy, doble medallista olímpico, se impuso al italiano Thomas Ceccon por solamente cinco centésimas (52.22).