GOLF
Así es CETEMA, la fábrica de talento del golf en Madrid
El programa de la Real Federación de Golf de Madrid prepara para el futuro a los jóvenes talentos de la región. Presumen ahora de tener una generación “única”.
“Es algo único, una generación que difícilmente se vuelva a repetir”, se oye a quienes están en el día a día del Parque Deportivo Puerta de Hierro, donde la Real Federación de Golf de Madrid tiene sus instalaciones. Su escuela, que por cierto es la más grande de Europa, acoge además un particular programa, CETEMA, que permite a las joyas del futuro del golf madrileño compaginar estudios y deporte antes de dar el salto, probablemente, a las universidades estadounidenses. Y las culpables de que se considere a esta generación como irrepetible son, sobre todo, Cayetana Fernández, Paula Martín y Andrea Revuelta. Las dos primeras ya han cruzado el charco (Cata, segunda del ranking mundial amateur, está en Texas A&M y Paula, 29ª, en Stanford), mientras que la tercera, 22ª y mejor aficionada en el último Open de España, lo hará el año que viene (también en Stanford). Y las tres, habiéndose formado en CETEMA, no se han cansado de ganar y sumar éxitos.
“Tienen mucha magia. La verdad que no es fácil, con todos los años que llevamos (el programa comenzó en 2009), juntar en una generación tantos jugadores de tan altísimo nivel es muy complicado. Nunca lo hemos vivido tantos juntos al mismo tiempo”, cuenta José María García de Paredes, encargado de la coordinación de un CETEMA por el que ya han pasado profesionales como Eugenio López-Chacarra o Alejandro del Rey. “No hay que olvidar que los niños están en época de crecimiento y de aprendizaje. Pero también son muy competitivos y quieren ganar siempre”, recuerda Freddy Lilly, director técnico.
El principal atractivo del programa para quienes ingresan es la posibilidad de compaginar estudios y un entrenamiento de élite, aunque ello requiera un gran compromiso. “En el día a día, ellos entran en el colegio a las 8 de la mañana. Están en el Instituto Ortega y Gasset, que es solo para deportistas, hasta las 10:40, cuando se les recoge. Luego, de 11 a 14, hacen entrenamiento de golf, comen y a las 15 vuelven al colegio hasta las 17:30. También, en tres días a la semana, de 18 a 20, tienen preparación física”, explica García de Paredes a AS mientras reconoce la exigencia para ser un ‘producto CETEMA’. “Los jugadores que ingresan en el programa lo hacen porque están en una posición de juego alta en los rankings, y luego se pide también que entren con buenas notas porque el programa es muy exigente, son muchas horas, es muy duro”.
Porque en este programa se enseña mucho más que a jugar al golf. “Es una parte de su vida. Los estudios son otra, la educación, el respeto es otro. Hay muchos valores que se tienen que llevar de aquí porque les va a servir para cualquier trabajo o para la vida”, comenta Lilly, un preparador conocido por ser estricto, pero muy querido en la Federación. “Yo soy como soy y no voy a cambiar. Doy una de cal y otra de arena. Eso yo creo que es importante”, explica un Freddy que recuerda el dato que “de unos 40 jugadores que pasaron, poco más de tres se gana la vida con el golf”. Aunque esta generación del CETEMA pinta diferente. “Es algo que nunca habíamos vivido”, insiste una pieza clave del programa. “Cada día lo dedicamos a una parte del juego. Hacemos técnica, tenemos control de distancias... Vamos, un poco de todo. El jugador tiene un swing, tiene un nivel, y lo que tiene que aprender es a gestionar lo bueno que tiene y lo malo que tiene. El buen competidor es el que sale al campo y sabe jugar con lo que tiene. Querer ser el número uno, querer ganar siempre, no nos preocupa tanto”.
Que de CETEMA estén saliendo golfistas con una tremenda proyección no es, lógicamente, sólo fruto de la casualidad, sino que detrás hay un trabajo bien hecho. “Llevamos así trabajando muchos años. Ha coincidido que han entrado cuatro o cinco muy buenos. Y claro, entre ellos también se van retroalimentando. Al final, quieras o no, si tengo un jugador bueno delante, es un poco mi referencia”, describe Lilly, un engranaje de una maquinaria en la que hay varias partes fundamentales. “A Freddy le ayuda en las labores de golf Miguel Carrasco. Tenemos un psicólogo que es Óscar del Río, que viene a trabajar con ellos un día a la semana. Juan Dusmet se encarga de la preparación física. Y tenemos a María Recasens, que es la nutricionista y hace un control cada mes, mes y medio; se les lleva a la consulta para que les lleve un control de todo lo que es el tema de la alimentación y les da pautas en torneos, diarias...”, añade José María.
El futuro, para la gran mayoría, está en Estados Unidos, a donde acuden becados por distintas universidades. “Nos preguntan por ello. Ellos, de todas maneras, lo del tema de Estados Unidos, ellos, lo hacen con agencias que ya están en contacto con las universidades, y son las que les van ofreciendo distintas opciones según el nivel de juego o según las carreras que quieran estudiar”, explica García de Paredes, que destaca la importancia de preparar a los chicos para más allá del golf. “Hay algunos que no les ha ido como ellos pensaban en el tema deportivo, pero son gente brillante ahora en el tema profesional, que trabajan en bancos, en consultorías y demás”. Golf, estudios y una generación más que brillante para que CETEMA sea una fábrica de talento muy prolífica.
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