NATACIÓN | BUDAPEST 2022

Doblete de Popovici y Marchand

Sin acercarse al récord mundial que se auguraba, el rumano y el francés, las sensaciones del Mundial de Budapest, repiten título en 100 libre y 200 estilos.

ATTILA KISBENEDEKAFP

Cuando se inician los ciclos olímpicos siempre aparecen nadadores colosales, jóvenes dispuestos a comerse el mundo. De Londres a Río surgió Katie Ledecky mientras que de Río a Tokio Caeleb Dressel, retirado de forma inesperada del Mundial de Budapest. Ahora, en el trayecto hacia París 2024, Leon Marchand (20 años) y David Popovici (17) están siendo las sensaciones de una competición más rica de lo esperado pese a la ausencia de los rusos y a ser año post-olímpico. La resaca ha sido dulce y sorprendente. Marchand y Popovici, Popovici y Marchand, se apuntaron un doblete solo al alcanza de los elegidos.

El francés se impuso en los 200 estilos con más apuros de los que tuvo en el 400, pero con una estrategia similar. Aguantó en la mariposa y en la espalda, postas en las que se colocó tercero por detrás de un voraz Carson Foster, de nuevo plata. Le superó en esa braza poderosa que lo dejó con una cierta ventaja para afrontar el estilo libre con garantías. El joven norteamericano le apretó pero Marchand aguantó como los grandes para marcar 1:55.22. Carston se quedó en 1:55.71 mientras que el japonés Daiya Seto estableció un tiempo de 1:56.22.

Joan Lluis Pons, finalista olímpico en los 400 estilos y cuarto del mundo, ausente por estudios en el Mundial de Budapest, explica su punto de vista sobre Marchand: “Me ha dejado alucinado. Destaco sus subacuáticos y su braza, que es una auténtica barbaridad. Su estilo libre es poderoso, no se frena, va a hacer marca. En el 400 estilos creía que hacía récord del mundo. Siempre hablaba que el récord del mundo de 400 estilos de Phelps iba a perdurar, que era mejor no batirlo por todo lo que significa... Pero después de esto...”. Hugo González, que conoce bien al francés de las competiciones universitarios, no quedó tan prendando: “No me sorprende. Ya lo conozco y en el 200 estilos sabía que lo iba a hacer igual de bien”.

Si Marchand se ha convertido en un súper clase y en un nadador a tener en cuenta en París 2024, en su país, y a borrar del mapa los récords de Michael Phelps y Ryan Lochte, el rumano David Popovici va por el mismo camino. Después de su exhibición en los 200 libre, cuando ganó con solvencia y con récord del mundo júnior, los 100 libre se había convertido en la carrera más esperada. Un duelo a la altura de un Mundial como el de Budapest, en la capital del agua europea. Pero los acontecimientos fueron disipando la expectación creada. Primero, por la renuncia de Caeleb Dressel, el campeón olímpico y favorito, quien finalmente se ha vuelto a los Estados Unidos por “motivos de salud”. Su vacío desangeló la final, que cayó en manos del joven prodigio de 17 años.

David Popovici.Maddie MeyerGetty

“Son nadadores ligeros, les ayuda la flotabilidad y la fuerza relativa”

Popovici nadó por la calle 4 dispuesto a afrontar el reto de su segundo oro y del récord mundial. Pero aún le queda pulir facetas de su nado para desbancar la marca de 46.91 conseguida por el brasileño César Cielo en 2009. Marcó el primero 50 una décima más rápido que la semifinal (27.71). Acosado por el francés Maxime Grousste, Popovici afronta su parte preferida, aquella en la que destaca por su eficiencia en el nado, por clavor “los ciclos”, como apunta el entrenador español José Antonio del Castillo. Pero su tiempo se alejó del récord júnior del martes (47.13). Se quedó en 47.58. La plata fue para el francés con 47.64 y el canadiense, de 20 años, Joshua Liendo se colgó el bronce con 47.71.

Del Castillo ahonda en las virtudes de Marchand o Popovici: “Tienen una muy buena longitud de ciclo, enlazan muy bien el principio y final de brazada. Su posición del codo es buena, eso le ayuda a progresar. Su intensidad de piernas es muy buena. Son nadadores ligeros, pero su nivel de flotabilidad y la fuerza relativa es altísima. Están ideados para pruebas de más de 100, como las de 200 y 400, donde es buena tener una alta velocidad de oxígeno en sangre, y esa ligereza”, soslayó..

En la primera final de la quinta jornada de nuevo se consolidó otro joven valor que ya destacó con apenas 14 años en los Juegos de Tokio. Se trata del talento de la inagotable natación canadiense Summer McIntosh. En los 200 mariposa, prueba que inmortalizó a Mireia Belmonte, la nadadora adolescente se colgó el oro con bastante holgura estableciendo un nuevo récord del mundo júnior (2:05.20). No es la primera medalla ni tampoco será la última al participar en los relevos y al ganar la plata en la primera jornada en el 400 libre que coronó de nuevo Katie Ledecky. Pero la marca de McIntosh asustó, capaz de bajar de cuatro minutos.

Y precisamente Canadá también se llevó los 50 espalda femeninos. Kylie Masse fue la más rápida con 27.31. Superó en la parte final a la estadiunidense Katharine Bierkoff (27.39) y a la francesa Analia Pigree (27.40). En el relevo 4x200 final, Katie Ledecky sumó su tercera medalla de oro con Estados Unidos por delante de Australia y Canadá. La participación española de la tarde se ciñó a Hugo González en las semifinales de los 200 espalda, donde no pudo progresar a la final. Acabó el decimotercero con 1:59.05.

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