Heróico Marsella

El Vélodrome de los 90, el estadio que no calla ni un minuto, el que te aprieta, el que te lleva a la extenuación, vibró con una actuación gigantesca del club más grande del fútbol francés, el Olympique de Marsella, que se clasificó para las semifinales de la Europa League después de doblegar al Benfica en una tanda de penaltis memorable, con el español Pau López parando un penalti trascendental, después de haber realizado un partido colosal, y con un equipo que acabó ahogado por un esfuerzo titánico durante 120 minutos. El gol del camerunés Moumbagna forzó la prórroga y, en los penaltis, el conjunto marsellés volvió al lugar que se merece, a una semifinal de competición europea.

Antes de un final de infarto, el encuentro fue una batalla total, sin tregua alguna, sin un segundo de apaciguamiento, aunque el Marsella, en líneas generales, fue muy superior al Benfica, que, aun así, gozó de oportunidades para haber evitado la prórroga. Los de Gasset comenzaron el partido nerviosos, con muchas imprecisiones, como si el fragoroso ruido del Vélodrome le hubiera contagiado, pero para mal.

No hubo grandes ocasiones en el primer tiempo. El Marsella dominó con la pelota, lo intentó continuamente, encerró por momentos al Benfica, pero su portero, Trubin, fue prácticamente un espectador, pese a que Harit, Ndiaye o Aubameyang, con disparos desde larga distancia, intentaron meterle en problemas.

Tras la salida de vestuarios, el encuentro dio un gran viraje. Primero, porque los cambios de Gasset, entrenador del Marsella, fueron eminentemente ofensivos y con una clara tendencia a irse al ataque sin titubeos. Y, segundo, porque tomar ese riesgo acarreaba un claro peligro de sufrir ocasiones al dejarle muchos espacios al Benfica.

Las ocasiones se sucedían en el área lisboeta. Harit, Aubameyang y Kondogbia tuvieron tres oportunidades manifiestas, pero el gol se resistía. Fue Faris Moumbagna, fichado en enero, ingresado en el segundo tiempo, el que puso las tablas en la eliminatoria, después de aprovechar un excelente centro de Aubameyang, al que los años no le pesan, y batir a Trubin, que intentó atenazar el balón con las piernas, pero la pelota entró en la red. Tras ello, antes de la prolongación, el Benfica pudo ganar, con dos llegadas de mucho peligro, entre ellas un remate de cabeza de Di María que, para suerte de Pau López, fue al centro.

La prórroga fue una quimera total para ambos equipos, mermados físicamente, sin fuerzas para repetir esfuerzos y con un Marsella que tuvo que acabar el partido con Kondogbia de central y el canterano Daou, debutante, de mediocentro.

En los penaltis, una de las mayores cruces del fútbol francés, sobre todo por lo poco que preparan este tipo de lides, el Olympique de Marsella venció al Benfica por 4-2 y consumó su clasificación para las semifinales de la Europa League. Un inconmensurable Pau López, que ya había realizado un encuentro espectacular, se vistió de héroe, parando una pena máxima y adivinando previamente la de Di María, que se estrelló en el palo. El Vélodrome rugió como nunca. El Marsella buscará otra final europea ante la Atalanta.

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