Dos recién ascendidos se citan esta tarde en el Carlos Belmonte

Albacete y Andorra quieren seguir demostrando que son equipos que se han adaptado perfectamente a la Segunda División este domingo en el Carlos Belmonte (sigue el partido en directo en As.com). El equipo local vuelve a jugar esta jornada en su estadio tras cosechar una inmerecida derrota ante la Ponferradina aunque las buenas sensaciones generadas siguen dejando optimismo en el entorno manchego. Rubén Albés tiene la baja del sancionado Riki además de los lesionados Ros y Johannesson y son dudas Higinio y Glauder. Se esperan pocos cambios en el once titular y el técnico gallego seguirá apostando por el mismo bloque que está cosechando buenos resultados en este arranque liguero.

Por su parte, el Andorra llega a Albacete repleto de moral y sintiéndose totalmente adaptado a una Segunda División que le ha acogido con más alegrías que tristezas. El conjunto tricolor encadena tres partidos sin perder (siete puntos de los últimos nueve) y se medirá al Albacete en un duelo de recién ascendidos. El bloque de Eder Sarabia ha pasado de ser una sorpresa a una realidad y esta jornada podría asaltar los puestos de playoff. El técnico no podrá contar con los lesionados Adri Vilanova, Petxarroman y Jacobo y Dani Morer, que la pasada jornada estaba sancionado, será duda hasta última hora. A favor de Sarabia está que cuenta con una plantilla larga y las rotaciones funcionan. Es el conjunto de Segunda, con 25, que más futbolistas ha utilizado este curso y todos rinden.

Sarabia ya adelantó que hará cambios respecto al duelo, y victoria, de la pasada jornada ante el Eibar. El primero será obligado porque no está Petxarroman y ahí podría aparecer Altimira. Se trata de un futbolista polivalente y que atesora recorrido por banda. Algo que le gusta al técnico. Son intocables Aguado y Molina en la medular porque mueven a la perfección al equipo y su llegada desde segunda línea es una de las fortalezas de un Andorra sin complejos y que mira hacia arriba en la tabla. En casa se muestra intratable (dos triunfos en dos partidos) y quiere trasladarlo a fuera. En la regularidad está el éxito.