QATAR 2022

Qatar, única debutante del Mundial 2022: ¿cómo le fue a las últimas selecciones novatas?

Qatar se estrena en un Mundial gracias a su condición de anfitrión. Indias Holandesas fue el primer asiático. De Zaire se recuerda la jugada más absurda de todos los tiempos en 1974.

Marbella Football Center

Qatar debutará en un campeonato del mundo más por su poderío económico como anfitrión que por sus méritos deportivos. Esta selección sueña con poder emular la hazaña de la de balonmano que en 2015, contra todo pronóstico, se clasificó para la final donde fue derrotada por la poderosa Francia de Richardson. No parece probable que se repita el milagro.

Para poder competir con garantías, Qatar se ha blindado a lo grande en Marbella con más secretismo que la NASA. Entrenamientos a puerta cerrada y nada de turismo; del campo al hotel y del hotel al campo. Y por supuesto, nada de prensa. El seleccionador, el español Félix Sánchez Blas ha trabajado en la construcción de un equipo que tiene a su país en vilo. Pero las órdenes vienen de arriba. De muy arriba…

El alcalde de Estepona, recibió a Qatar.Ayuntamiento de Estepona

Lógicamente, Qatar no es el primer debutante en una cita tan especial. Su fútbol, técnico, está cogiendo fundamentos competitivos de las estrellas, tanto jugadores como entrenadores, que están contratando a golpe de talonario. Puede resultar un oponente incómodo, pero parece el más asequible en su grupo donde compiten Ecuador, Senegal y Países Bajos.

Al hilo del estreno de los qataríes haremos una exposición sobre los debutantes más significativos. Algunos dejaron huella por hacerlo muy bien… o de manera pintoresca.

Indias Holandesas, el primer asiático

Egipto fue el primer país africano en acudir a las finales. Fue en Italia 1934. Perdió con Hungría por un digno 4-2. La primera selección asiática en este magno evento fue Indias Holandesas en Francia (1938). No debemos confundir con Antillas Holandesas, que están en el Caribe y que son Surinán, Curazao, Aruba y una parte de San Martín. Indias Holandesas es lo que hoy conocemos como Indonesia, que entonces era una colonia de los Países Bajos. Si obtuvo plaza fue porque Japón se retiró. Tras varias semanas de barco llegaron a Francia para jugar un partido contra Hungría. Aquel exótico equipo formado por nativos de aquellas tierras y señoritos holandeses que no se tragaban entre sí se fueron para casa tras perder con los magiares por 6-0.

Indias Holandesas en formación en Francia 1938.

Otro debutante llamativo en aquella edición fue Cuba quien, contra pronóstico, eliminó Rumanía tras empatar (3-3) en el primer partido y vencer (2-1) en el desempate. Como curiosidad su portero, Carvajales, no jugó este último duelo porque en tenía que cubrirlo como periodista. En octavos los caribeños cayeron en la siguiente contra Suecia (8-0).

Turquía, a costa de España

Para encontrarnos con otro debutante sorprendente nos vamos a Suiza 1954. Fue Turquía que eliminó a España, pese a contar con Kubala en una eliminatoria que se tuvo que decidir por… sorteo. España ganó un partido y perdió otro. Hubo desempate, jugado en Roma con 2-2. Para decidir el vencedor, en una copa se pusieron los nombres de ambos países y se echó mano de un niño, Franco Gamma, que pasaba por ahí tras haber hecho novillos en el colegio. El condenado ‘bambino’ cogió la papeleta de los otomanos y mandó a España para casa. Su papel fue discreto.

Otro de los debutantes curiosos fue Corea del Sur que se llevó buenas goleadas de Turquía y la poderoso Hungría de Puskas, Czibor y demás familia. La imagen del capitán coreano Min Byung-dae saludando Pancho Puskas con unas gafas de intelectual es maravillosa. Hoy día Corea del Sur es la selección más potente de Asia y llegó a unas semifinales en 2002 a costa de España, como no podía ser de otra forma.

Gales, sorteo afortunado

En 1958 España se quedó otra vez sin Mundial eliminada por Escocia y castigada por un terrible empate en el Bernabéu contra Suiza pese a tener uno de los mejores equipos de su historia con Di Stéfano, Kubala, Gento, Luis Suárez o Miguel. Se abrió una esperanza porque nadie quería jugar con Israel, entonces encuadrado en la zona de Asia por razones políticas. Se hizo un sorteo entre los segundos clasificados de la zona europea un adversario para los hebreos. El afortunado fue País de Gales donde destacaba un formidable delantero, John Charles. Los británicos aprovecharon el regalo y en cuartos de final hicieron sufrir mucho a Brasil, que luego resultaría campeón.

El bombazo de Corea del Norte

Tras un Mundial de 1962 celebrado en Chile marcado por el terremoto que dos años antes asoló a este país, y futbolísticamente mediocre, llegamos al de 1966 celebrado en Inglaterra, el primero que se vio en color a través de la pequeña pantalla. Corea del Norte partía como la cenicienta de un grupo completado por la Unión Soviética, Chile e Italia. Con la guerra contra sus vecinos del sur aún reciente, esta selección dio una de las mayores sorpresas de todos los tiempos derrotando a Italia con un gol del amigo Pak-Do-Ik. Juan Gardezábal, uno de los árbitros españoles más grandes de todos los tiempos dirigió aquel partido que se jugó en Middlesbrough y realizó este jocoso comentario: “Estos coreanitos son todos iguales y no pararon de correr. Es como si hubieran jugado once en el primer tiempo y otros once en el segundo”. Es de suponer que aquella broma no superaría en nuestros días la nueva censura de lo políticamente correcto. Para Italia aquello fue terrible. Sus jugadores fueron recibidos con huevos y tomaes.

Corea del Norte fue la sorpresa de Inglaterra 1966.

La guerra del fútbol

En México 1970 debutaron El Salvador, Israel y Marruecos, que era la primera selección africana en conseguirlo 36 años después. Los salvadoreños obtuvieron su plaza tras una eliminatoria tensa contra Honduras por el conflicto armado sostenido entre ambos países que duró cien días. Se conoció como ‘La Guerra del Fútbol. Los salvadoreños fueron zarandeados por México, Bélgica y la URSS.

Israel logró lo que, hasta hoy es su única cita mundialista tras superar a Australia en circunstancias extrañas porque nadie quería jugar contra este país. Tampoco contra Rhodesia (actual Zimbabwe) por su régimen racista de ‘apartheid’. Apenas dos partidos. Los israelíes casi dan a Italia el mismo susto que recibieron cuatro años atrás contra los norcoreanos. Marruecos no pasó de un empate contra Bulgaria.

La genialidad de Zaire y la DDR

En Alemania 1974 debutan Australia, Haití y Zaire (actual Congo). También la República Democrática Alemana, la Alemania comunista, la DDR (en sus siglas en alemán) en territorio hostil. Zaire, que se había colado entre los grandes contra todo pronóstico llegó más verde que su exótico uniforme. Derrota contra la Escocia de Jordan, Jardine, Lorimer y Bremmer, goleada sin paliativos ante Yugoslavia (verdugo de España en el funesto partido de desempate que se jugó en Francfort) y 3-0 ante Brasil con la madre de todas las jugadas absurdas que uno puede ver.

La genuina Zaire. El país hoy se llama República del Congo.

Sitúense. Falta al borde del área que se dispone a lanza Rivelino, un maestro lanzando golpes francos. Cuando se disponía a tirar salió de la barrera como una flecha Mwepu ilunga y golpeó el balón ante el estupor general. Entre el sonrojo y la carcajada. Un equipo peculiar con jugadores que fumaban en el banquillo. Y tan panchos.

Haiti, el país que comparte frontera con la República Dominicana obtuvo plaza tras eliminar de manera increíble a México. Llegó a meter temblores en el cuerpo a Italia con un gol de Emannuel Shannon a los 70′. Los italianos reaccionaron y remontaron hasta 3-1. El excéntrico portero haitiano Francillon se llevó siete goles de Polonia y cuatro de Argentina. Australia alcanzaría a empatar contra Chile.

Alemania Democrática dio el zarpazo derrotando a la República Federal Alemana (RFA) con un gol de Sparwasser muy celebrado en el ‘Telón de Acero’. Aquella derrota le vino de maravilla a la RFA porque pasó a un grupo muy asequible con Polonia, Suecia y Alemania. La DDR se consumió con Holanda, Brasil y Argentina.

El ‘tercer mundo’ aprieta

En Argentina 1978 los debutantes fueron Túnez e Irán. Los primeros fueron la primera selección africana en ganar en las finales, 3-1 a México mientras que Irán obtuvo un buen empate contra Escocia. Un aviso de que el fútbol no era solo Europa y Sudamérica. Había más.

Y así se demostró en España 82. Argelia, con buenos jugadores como Madjer o Belloumi dio el bombazo venciendo a Alemania. No se clasificó para la siguiente ronda por un vergonzoso tongo que montaron los germanos con Austria. Camerún, con N’Kono, Roger Milla, Kunde y compañía, dejó muy buen sabor de boca empatando con Polonia, Perú e Italia. De Kuwait se recuerda el numerito del jeque Fahad Al Ahmed Al Yahad que se hizo famoso por conseguir, con su invasión de campo, que el árbitro anulase un gol a Francia.

Honduras debutó empatando con España en un partido donde los centroamericanos se vieron perjudicados por la parcialidad del árbitro argentino Iturralde, que regaló un penalti a los españoles. Nueva Zelanda poco pudo hacer con Brasil, URSS y Escocia en el primer Mundial con 24 selecciones.

En México 1986 el debutante fue Irak con discreto balance al igual que Canadá. Dinamarca deslumbró con enormes jugadores como Eljkaer Larssen, Laudrup, Molby o Arnessen goleando a Uruguay (6-1) y barriendo a Alemania. En octavos de final se encontró con la inspiración de Butragueño que anotó cuatro goles (5-1).

Italia 1990 trajo el fútbol de los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y, sobre todo, Costa Rica. Los centroamericanos, con un fútbol técnico y profundo, voltearon a Suecia y Escocia. Saltó a la fama su portero, Luis Gabelo Conejo que triunfaría en el Albacete.

Pasamos a Estados Unidos 1994 donde lo más interesante fue la irrupción de Nigeria que encandiló y la decepción de Grecia que no dio el perfil. Y, por supuesto, Arabia Saudita.

El gol de Owairan

Pero nos vamos a detener en Arabia Saudita. El 29-6-94 Owairan anotó uno de los goles más fabulosos de todas las ediciones. Arrancó desde campo propio y a base de potencia y técnica sorteó a cuantos contrarios le salieron al paso hasta batir al portero de Bélgica Preud’homme. Un fantástico gol a la altura del de Maradona a Inglaterra en 1986. Esta selección llegaría a octavos de final donde cayó ante Suecia. Owairan recibió ofertas de Europa… ninguna se acercó a lo que cobraba en su país natal.

En Francia 1998 Croacia acudió como resultado de la disgregación de Yugoslavia. Otros debutantes fueron Sudáfrica, Jamaica y Japón. Los croatas con Suker, Vlaovic, Boban y Stanic se colaron en las semifinales tras arrasar a Alemania.

2002 fue el primer campeonato con sede compartida, Japón y Corea. Senegal en su primera participación, amargó a Francia, que era la vigente campeona. También se asomaron Eslovenia, China y Ecuador con escaso rédito. A Rusia, tras la disolución de la URSS, también se le puede considerar como novedad.

La revolución africana de 2006

El elenco de países con puesta de largo fueron los siguientes: Trinidad Tobago, Costa de Marfil, Angola, Ghana, y Togo. Además, República Checa, Ucrania y Serbia y Montenegro. Llamativo lo de África. Togo con Adebayor y Angola con dos blancos, Joao Ricardo y Figueiredo. Ghana llegó a octavos de final.

En Sudáfrica 2010 el único debutante fue Eslovaquia, eliminado por Países Bajos en octavos de final y en Brasil 2014 Bosnia Herzegovina. Islandia llegó a Rusia 2018 con su animosa hinchada y su animación vikinga. También la sorprendente Panamá que se cargó a Estados Unidos. Ahora el turno es para los qataríes que han preparado esta cita en Estepona y en régimen poco menos que militar.

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