Xabi Alonso, en un campo de minas

El del Madrid, como el de otros grandes equipos, es un vestuario cargado de minas. No tiene nada que ver con Xabi. Le pasó al mismísimo Mourinho, que después de tres temporadas se fue enfrentado al 90% de la plantilla. Hay muchos jugadores que se sienten con derecho a tener más espacio. Y cuando un técnico aterriza le miden y le ponen a prueba, quizá, tratando de asegurarse ese espacio de una manera instintiva. Recuerdo cuando Ancelotti se explicó el último gran doblete ganado por la “ausencia de egos” de aquella “joven plantilla”.

Ahora, ni Vinicius ni Valverde son jóvenes aspirantes. Son estrellas consagradas con un valor de mercado de tres cifras. Y son los dos primeros que ‘han chocado’ con Xabi. Al final, los jugadores se rigen por lo que llamamos códigos del vestuario. Rodrygo y Brahim sienten que no hay razón para que el recién llegado Mastantuono sea titular por encima de ellos con 18 años. Puede que Endrick no entienda por qué pagaron 60 millones por él para tener delante a Gonzalo. O que Valverde se haya cansado de tapar agujeros (en el lateral o donde sea) a costa de sacrificar su brillo personal. De ahí la importancia de tener mano izquierda cuando estás al frente. De tener la autoridad moral para que los jugadores crean en ti. Atender a esos pequeños detalles de los que Zidane o Ancelotti eran maestros. Eso es lo que les diferenció de otros grandes técnicos como Lopetegui o Benítez cuando pasaron por el Madrid.

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