Muere Amelia del Castillo

Amelia del Castillo revolucionó el fútbol, el mismo que este sábado llora su marcha. Esta pionera ha fallecido, a los 82 años, en el hospital de Alcorcón. Meli nació el 18 de abril de 1943 en Madrid ajena a lo que el destino la deparaba. Ella desafió a un mundo de hombres y fundó el Atlético Pinto el 15 de octubre de 1963, convirtiéndose así en la primera presidenta, entrenadora, delegada, utillera... de nuestra historia. Todo esto en una época en la que las mujeres necesitaban el permiso de su marido para abrir una cuenta, no podían sacarse el carnet de conducir, ni divorciarse. Todo esto en plena dictadura.

“No podía jugar al fútbol y conseguí ir a clases de entrenadora como oyente, pero había un vacío legal en el tema de presidenta. Imaginad en los 60 un pueblo de apenas 2.500 habitantes... ¡Menos bonita me llamaban de todo! Igual me cambiaban de sexo que me decían fulanilla. Las madres de mis amigas les prohibieron que hablaran conmigo, era la oveja negra de Pinto“, explicaba en una de sus entrevistas a AS. Lejos de amedrentarse, los prejuicios no la detuvieron y escribió una carta a Vicente Calderón para que le ayudara a construir su sueño. Su colaboración fue clave: le ayudó con la financiación y con material deportivo, le cedía sus servicios médicos... De ahí que el Atlético esté presente en el nombre de su Pinto.

Ambos, Atlético y Pinto, fueron sus dos grandes amores en lo futbolístico, porque en lo personal fue el árbitro y, posteriormente, gerente del Getafe (2002 y 2014) Fernando Santos de la Parra, fallecido en 2023, con quien tuvo dos hijas: Gemma y Almudena. Ellas heredaron de su madre ese espíritu combativo. Ese que reflejó hasta la CBS de Nueva York, que vino a España para entrevistarla. El peor momento llegó cuando la obligaron a dar un paso a un lado, con presiones y amenazas en 1975, apenas un mes después de haber recibido la Medalla del Mérito Deportivo de la Comunidad de Madrid. “Hubo un alcalde en Pinto (Daniel Martín) que pidió mi dimisión, su único motivo era que una mujer no podía llevar un equipo de fútbol y anunció que el Ayuntamiento crearía otro paralelo. Nunca quise ser protagonista y me retiré. Estuve sin aparecer mucho tiempo porque el golpe fue fuerte”, admitía.

Sin embargo, años después, en 2000, el Ayuntamiento quiso repararlo y poner en valor su figura. “Cuando recibí una carta del consistorio notificándome que el campo llevaría mi nombre... Fue bonito porque siempre tuve más ayuda fuera de Pinto que dentro”, se emocionaba Meli, la presidenta de honor del Atlético Pinto, que nunca perdió la pasión por el fútbol. “Los domingos me pongo la radio mientras hago la comida y cuando nombran el Amelia del Castillo sigo sintiendo mariposas en el estómago”, confesaba la misma que quiso hacer la comunión con su pin del Atleti y que aprovechó la curiosidad de los hombres de la época para llamar a todas las puertas. Meli hizo que se abrieran y, gracias a ella, más mujeres pudieron seguir sus pasos. Hoy muchas son, porque ayer existió Amelia.

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