Italia se está despertando

La nueva Italia sigue creciendo. Tras el positivo empate con Alemania, los azzurri batieron 2-1 a Hungría (que venía de una histórica victoria ante Inglaterra) y lideran con cuatro puntos su grupo de Nations League. Mancini volvió a cambiar el once inicial (aunque menos de lo que se esperaba), estrenando un tridente con Politano, Raspadori y la gran sensación Gnonto, que demostró otra vez personalidad y talento. Hungría, que actuaba ante el primer ministro Orban, presente en el palco del Manuzzi, en el primer tramo del partido gestionó el ímpetu de los locales, rozando también el 0-1 con un remate cruzado de Sallai, bien neutralizado por Donnarumma. Después del susto, la Nazionale abrió la lata con un golazo. Todo nació de una carrera de Spinazzola, titular por primera vez tras la lesión de la pasada Eurocopa. En el 30′, un centro raso del lateral llegó al límite del área, donde Barella se sacó de la chistera un latigazo imparable.

El gol desató a la Azzurra, que antes del descanso anotó también el merecido 2-0 con una jugada desde el otro costado. Politano llegó hasta el fondo, Gnonto atacó el primer poste y liberó el espacio atrás para Pellegrini, que empujó el esférico entre palos con fuerza.

El gran momento de los italianos continuó en el arranque de la segunda mitad, cuando el mismo Politano golpeó el larguero con un disparo desde fuera del área. Poco después, no obstante, los de Marco Rossi recortaron distancias con algo de suerte, gracias a una estirada en propia puerta de Mancini ante un centro de Fiola. Hungría le dio trabajo a Donnarumma dos veces más, con Sallai y Orban, aunque con el paso de los minutos Italia retomó las riendas del choque. Mancini se fue enfadado a los vestuarios, porque “el marcador no debió ser tan ajustado”. Tiene razón, pero su equipo vuelve a dar señales positivas. Después de la desastrosa Finalissima ante Argentina, pocos lo habrían imaginado.