REAL MADRID

Tchouameni afila las garras

El madridista mostró su versión más atrevida con Francia, coronando su actuación con un golazo desde la distancia. En el Madrid no luce tanto su faceta ofensiva y volverá con el colmillo pulido del parón.

En el Madrid es un pulpo, con Francia afila las garras. En el minuto 19 del duelo ante Irlanda, Mbappé cedía a Tchouameni y Aurélien sacaba el fusil. Golpeo enroscado con el interior, al palo largo, que hicieron inútil la estirada de Bazunu. Así desabrocharon Les Bleus un triunfo que sellaría en la segunda parte Marcus Thuram (2-0). Una victoria cimentada en ese zarpazo del pivote madridista, que confirma en el parón su rol protagónico, ya sea en Madrid o en París. Porque más allá del golazo, realizó un encuentro redondo. En ataque, descolgándose con libertad y apareciendo. En defensa, como ancla de sujeción de un Deschamps para quien, como Ancelotti, es indiscutible.

Estadísticamente, Tchouameni fue un ciclón. Líder en intervenciones (126) y en pases completados (102), especial rimbombancia adquiere el dato al perfilar el porcentaje de acierto: un 96%, sólo erró cuatro envíos en todo el encuentro. Ganó cuatro duelos, interceptó dos balones y realizó cuatro entradas exitosas. Todo ello salpimentado con una importante presencia en tierra hostil: filtró dos pases claves y, además del gol, probó suerte con el disparo en dos ocasiones más, acariciando el doblete en uno de ellos.

Mbappé corre a celebrar con Tchouameni el tanto del madridista. FRANCK FIFEAFP

“Su primer disparo fue bloqueado y el segundo, lleno de efecto, no tuvo piedad. Su último disparo, desde 25 metros, se enfilaba la escuadra, pero esta vez el portero irlandés estuvo más inspirado. Impresionante por su volumen de juego y su capacidad para robar balones de los pies de sus adversarios, el madridista jugó casi siempre limpio, incluso cuando se fue hacia adelante”. resumió L’Équipe, en sus habituales notas pospartidos. El prestigioso medio le entregó el oficioso MVP, le puso un 8 a su actuación y añadió decibelios a su rendimiento. También su amigo Bellingham, con quien se entiende a la perfección dentro y fuera del campo, se encargó de ensalzarle en redes: “¡Qué jugador!”. “Mi hermano”, respondió el de Ruán.

Un Tchouameni omnipresente, en la línea de su ascendente rendimiento en el Madrid pero más atrevido. Porque el papel de indiscutible lo ha recuperado. Después de su bajón posMundial, Tchouameni camina con estabilidad. El verano, donde trabajó a destajo para llegar poderoso a la pretemporada, fue su trampolín, destacando incluso en un duelo como el Clásico, donde fue al nota más brillante de un Madrid atascado. Su preparador personal, Fabrice Gautier, ya vaticinaba en AS su paso al frente: “Va a tener una especie de reivindicación personal, va a tener esa mentalidad que le haga mostrar a todos que vienen grandes cosas”.

El reto

Y ahora es titularísimo. De inicio ante Athletic, Almería, Celta y Getafe, son 322 minutos, solamente superados por Alaba (360′), Bellingham (351′), Carvajal (346′) y Rodrygo (332′). Ancelotti le ha confirmado también públicamente: “Es el de la primera parte de la temporada, después del Mundial tuvo una lesión y lo notó. Está demostrando lo que demostró el año pasado. Es un pivote muy importante para nuestro juego”. El siguiente paso con el Madrid, con sus dotes como ancla consolidadas, es tener más colmillo en campo contrario. Ese que ha mostrado con Francia. Con el cañón que tiene en la derecha, se antojan tímidos los 0,8 disparos por partido que promedia en el equipo blanco esta temporada.

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