Osimhen y Kvara sellan la goleada y la paz

Tras días de polémicas y tensiones el Nápoles pasó página. El 4-1 con el Udinese confirmó las buenas sensaciones que el equipo había dado en Bolonia, vio el regreso por todo lo alto de Kvaratskhelia y, sobre todo, cerró el caso Osimhen. Las horas anteriores al partido habían sido increíblemente tensas. En la noche del martes Calenda, agente del capocannoniere, amenazó con tomar medidas legales en contra del Nápoles por un TikTok del club, que bromeaba sobre el penalti fallado por el nigeriano en Bolonia. El punta, por su parte, empezó a borrar casi todas las fotos en la que viste la camiseta azzurra en su perfil de Instagram.

El delantero había aparecido nervioso en un video durante su llegada a la concentración, pero durante la tarde habló con sus compañeros y Garcia le confirmó entre los titulares. Quedaba, entonces, la duda sobre la reacción del Maradona, que optó por darle cariño. Osimhen fue ovacionado varias veces durante un encuentro que los sureños dominaron sobre todo gracias a un Kvara en estado de gracia: el georgiano, en el 19′, forzó un penalti que materializó Zielinski. Veinte minutos después, Osimhen anotó el 2-0 recibiendo un pase vertical de Politano, el abrazo de sus compañeros y los aplausos del Maradona.

Su noche terminó en el 63′, cuando Garcia le volvió a sustituir con Simeone, pero esta vez no hubo tensiones: el nigeriano saludó cariñosamente a sus compañeros, al mister y a todo el banquillo, llevándose otra ovación. Su asunto estaba cerrado y quedaba arreglar el tema de Kvara, que no marcaba un gol desde marzo. Tras dos remates al poste, el georgiano rompió la maldición anotando un golazo de los suyos, deshaciéndose del portero con una vaselina y empujando el balón entre palos. Allí llegó la única señal de vida del Udinese, que recortó distancias con Samardzic en el 80′, pero un minuto después el Nápoles cerró la contienda con el 4-1 de Simeone, que cabeceó a la red el centro de un Kvara desatado. Noche redonda.

Luis Alberto revive a la Lazio

El Lazio revivió este miércoles ante el Torino (2-0), en la que fue su segunda victoria de la temporada tras un partido muy completo que encarriló con un tanto del argentino Matías Vecino. El Estadio Olímpico de Roma vivió ante el Alético de Madrid (1-1)en Liga de Campeones uno de los momentos más especiales de sus últimos años. Su portero, el italiano Ivan Provedel, marcó el gol del empate en lo que fue el regreso a la máxima competición europea tras tres años alejado del gran escenario. Pero en Serie A la historia estaba siendo otra. Solo una victoria y sensaciones de estar muy lejos del nivel que la temporada pasada les colocó segundos.

La salida del serbio Sergej Milinkovic-Savic hizo daño, pero poco a poco este Lazio se va recomponiendo. Uno de los secretos sigue siendo, indudablemente, el español Luis Alberto, que se está encontrando en el centro del campo con un Vecino que está dejando muy buenas actuaciones. De hecho, la de este miércoles la redondeó con un buen gol en el minuto 55 que señaló el camino, un remate al centro del italiano Manuel Lazzari apareciendo en el punto de penalti. La victoria la certificó el italiano Mattia Zaccagni, que puso fina una gran jugada colectiva del equipo que dirige el italiano Maurizio Sarri.

El Lazio volvió a sonreír en Serie A tras tres partidos seguidos sin ganar y supo volver a encontrar el gol pese a que su faro ofensivo y capitán, el italiano Ciro Immobile, alargó su mala racha de cara apuerta. Los ‘biancocelesti’ revivieron ante el ‘Toro’ y recortaron distancia a la cabeza de la tabla, colocándose undécimos con siete puntos. Eso sí, con más de la mitad de puntos que los líderes, el Inter y el Milan