REAL SOCIEDAD

David Silva: el adiós de un mago irrepetible con trucos infinitos

Una grave lesión de rodilla acaba con la carrera de uno de los grandes genios. Leyenda del City, tiene una estatua en su honor junto al estadio.

Arguineguín es tierra de magos. Después de Juan Carlos Valerón, llegó un menudo chaval que nació con una varita bajo el brazo, un chistera puesta en la cabeza y una capa a la espalda. Se llama David Silva y, por derecho propio, ha pasado a la historia del fútbol español. Por su manera de jugar y por sus innumerables éxitos. Ha disfrutado con el balón en los pies y ha hecho disfrutar a todos los aficionados. Es un mago del fútbol con trucos infinitos, que se había preparado para una última función encima del escenario del Reale Arena con 37 años, pero que una puñetera lesión nos ha privado a todos de disfrutar y nos ha dejado a todos huérfanos de su magia, que ya es eterna.

Nacido en ArguineguÍn (Gran Canaria) en 1986, David Josué Jiménez Silva, empezó a jugar a fútbol en el San Fernando de Maspalomas, pero con solo 14 años se trasladó a la cantera del Valencia. En 2003 debutó con el Valencia B, porque fue en el club de Mestalla donde tendría una gran importancia en sus inicios y en su carrera futbolística en general. Su padre era responsable de seguridad del campo del Valencia, por lo que Silva parecía destinado a jugar en el equipo valencianista. Lo pudo hacer durante cuatro temporadas inolvidables, entre 2006 y 2010, hasta que gracias a su papel con la selección en el Mundial de Sudáfrica y su gran trayectoria en Valencia, llamó la atención del Manchester City, que lo fichó por 33 millones de euros con un contrato por cuatro temporadas. Antes, para llegar a la élite con el cuadro che, tuvo que ‘bajar al barro’ de Ipurua, porque en la temporada 2004-05 jugó cedido en el Eibar de Mendilibar y cerca estuvo de llevarlo a Primera. La temporada siguiente es cuando curiosamente estuvo muy cerca de llegar ya a la Real Sociedad, pero su ofrecimiento no fue valorado, y acabó en el Celta de Vigo, ya en primera división, donde hizo otra gran campaña para ya regresar al Valencia en 2006.

Con todo, fue en la Premier League dónde David Silva adquirió la talla de estrella mundial y alcanzó la categoría de leyenda, llegando a convertirse en un jugador adorado por la afición ‘citizen’ y alcanzando la capitanía en su última temporada, tras la marcha de Vincent Kompany. Fue en junio de 2019, con 34 años, cuando anunció que dejaría el City y que esa sería la última jugando en Inglaterra. En la década que estuvo en la Premier League llenó de magia los campos de Inglaterra, hasta ser considerado uno de los mejores e granjeros de la historia de la competición inglesa. Es una leyenda indudable del Manchester City, hasta el punto de que levantaron cuando se marchó una estatua en los aledaños del Etihad Stadium en su honor. Será recordado de por vida en Manchester.

Pudo haberse marchado a ganar dinero a Qatar, Arabia o Estados Unidos, pero David Silva decidió seguir agrandando su figura con su vuelta a España, a la Real Sociedad, a ese club en el que no pudo jugar cuando su estrella estaba empezando a brillar. Y en el club donostiarra, para variar, ha vuelto a hacer magia en las tres ultimas temporadas, convirtiéndose en uno de los grandes pilares del sistema de juego de Imanol Alguacil y pieza clave en el actual proyecto de crecimiento de los donostiarras. En 2021, fue titular en la final de la Copa del Rey aplazada por el COVID ante el Athletic, siendo clave para que la Real Sociedad levantara un título 34 años después. Con la Real ha llegado a jugar más 80 partidos, alcanzando la cifra de 900 encuentros en su trayectoria profesional, algo al alcance de muy pocos. Su último truco de magia lo dio el 23 de mayo contra el Almería en el Reale Arena, cuando jugó su último partido como profesional. Era su última aportación a la clasificación histórica de la Real Sociedad para la Champions League diez años después. Porque Silva, haya por donde ha pasado, ha puesto su magia al servicio del objetivo de su equipo, logrando siempre llegar a buen puerto. Ha logrado 19 títulos en su carrera deportiva, entre ellos la Copa del Mundo y las dos Eurocopas con la selección española, porque forma parte de la generación más exitosa de la historia del fútbol en nuestro país. Llegó a jugar 125 partidos con la absoluta, luciendo siempre su varita mágica, esa varita que ahora debe colgar para tristeza de todo el mundo del fútbol.

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