Camavinga apareció en la foto en el peor día

En el fútbol actual sólo hay dos puestos que son realmente de especialista. Uno es el de killer. Se pagan millones y millones por un buen nueve y todos los grandes de Europa tienen en él a su jugador franquicia. El otro es el de pivote, el cinco, el jugador que da equilibrio. Tan importante es en los partidos de altura que el United pagó cerca de 100 millones de euros por Casemiro. Ante el Barça, Camavinga vivió en sus propias carnes por qué es una posición tan sensible. Un fallo, un pequeño fallo, sólo un mal control, le costó ayer al Real Madrid el resultado en un partido en el que el Barcelona, desde luego, no hizo nada para ganar. Y bien puede costarle no llegar a la final de la Copa, el título de los tres que importan que estaba más a tiro y que hubiera salvado la temporada a Ancelotti.

Este Clásico es el partido más importante que Camavinga ha jugado en las dos temporadas que lleva en el Madrid. Era el encuentro de su confirmación después de un arranque de año espectacular. Había pasado como un avión a Tchouameni y Ancelotti le ha reconocido su buen momento dándole dos titularidades de peso ante Liverpool y Barcelona. Pero todo le salió mal. Justo cuando menos lo necesitaba apareció en la foto. Incluso otro fallo similar al primero estuvo a punto de costarle al equipo el segundo gol (que él mismo salvó in extremis), lo que habría resultado fatal. No pasan muchos trenes por tu puerta cuando estás en el Real Madrid.

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