ATHLETIC

Aduriz: primera rueda de prensa presencial en el deporte

Estrictas medidas de control para albergar periodistas sobre el césped de San Mamés en la despedida de la leyenda. Veinte profesionales de los medios a un lado y la plantilla en otro.

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La despedida de Aduriz ha estado a la altura de su inabarcable figura. La primera rueda de prensa presencial del mundo del deporte en estos eternos dos meses y medio de estado de alarma por culpa del coronavirus. Se han organizado otras en la esfera política, pero no en fútbol. Ha habido que alcanzar muchos permisos por parte del club ante las autoridades sanitarias y LaLiga. Ésta tuvo a un comisario muy atento en todo momento. Y se ha montado un dispositivo durante un día y medio con mucho esfuerzo, algo muy exhaustivo para no correr riesgos. El propio Aritz pidió tener a los periodistas cara a cara, en una reunión casi íntima pero con luz y taquígrafos. Lógicamente, se quiso sumar el equipo, cuerpo técnico y todos los auxiliares que han estado en contacto con el goleador este tiempo. Los casi 100 asistentes han disfrutado de una hora muy emotiva. Verdaderos privilegiados de una cita que pasa a la historia.

El acto ha tenido lugar en el fondo norte. En el punto de penalti, justo en el lugar en el que anotó su último tanto, aquella chilena portentosa al Barça en el estreno liguero. Al recordarlo y la dedicatoria en forma de besos hacia sus hijas cuando batió a Ter Stegen ha estado a punto de llorar, se ha visto sobrepasado. Para estructurar el acto, se podía trazar una línea imaginaria. A un lado, el equipo, al otro, los periodistas, veinte privilegiados entre prensa escrita, radio y televisión, todos separados por tres metros. El protagonista se ha sentado en un taburete. Antes de acceder, se ha tomado la temperatura a todos los periodistas. Después se han tenido que lavar las manos con un gel hidroalcohólico y recoger una mascarilla que dispensaba el club. Tras cada pregunta, el micrófono, protegido por un plástico, era desinfectado. Se recomendaba dejar los protectores de nariz y boca puestos y apartarlos solo para formular las preguntas.

Aduriz ha salido por el túnel de siempre, ese que ha recorrido decenas de veces, junto a su mujer y sus dos hijas, Yara y Noa, ambas con la camiseta número 20 de su padre. Pichichi, inmortalizado en un busto eterno, ha asistido a una postal inolvidable. El equipo, todos también con el 20, le ha hecho un pasillo de honor.  Antes de empezar se ha emitido por los videomarcadores algunos de sus golazos como león. "Suena bien", se relamía Aritz al escuchar el bullicio de la gente lanzado por las pantallas. No faltó el director general, Jon Berasategi; ni Rafa Alkorta, director deportivo. En primera fila se acomodó el presidente Elizegi, al lado de las tres 'chicas' del exdelantero y Williams, metáfora del que quiere ser su heredero. En su discurso inicial paró varias veces para coger aire. Y bebió agua de forma nerviosa. "Le he dicho al club que haga algo lo más sencillo posible, si esto es sencillo... a mí me sobrepasa todo", mascullaba. 

Tras el acto, el equipo abandonó ordenadamente el estadio. Y los periodistas hicieron lo propio por la puerta 14, la que sirvió de entrada, como marcaban las normas. Todo sin abrazos, sin estrechar manos... frialdad máxima gestual en una tarde de muchísimo sentimiento. A veces no hace falta sentir la piel del vecino para conmover el alma. "Lo más duro no es haberme perdido la posibilidad de la Gabarra sino no estar más con esta cuadrilla". Como broche, una charla distendida a distancia con sus compañeros. El acto acabó con el lanzamiento de un penalti a cargo de una de sus hijas, de Yara; marcado, claro. Le cogió gusto y acabó tirando casi tantos como lleva el Athletic este año en Copa. ¡Dos tandas acumula!  Ahí hay madera.

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