VALENCIA

Marcelino charla con Ferran, damnificado del 5-3-2

Marcelino conversó con Ferran Torres durante el trayecto del campo de entrenamiento hasta el vestuario de Paterna, una imagen captada por AS.

David GonzalezDIARIO AS

Marcelino apostó en Mendizorroza por un cambio de sistema. Fue la segunda vez en 72 partidos como entrenador del Valencia en la que el asturiano aparcaba por 90 minutos su habitual 4-4-2. El asturiano explicó en sala de prensa que dos fueron las razones para que lo hizo. Por un lado, las cinco bajas con las que el equipo afrontaba el partido, cuatro de ellas de pilares del centro del campo (Kondogbia, Coquelin, Guedes y Soler). La otra razón que esgrimó fue el estilo directo e intenso del Alavés. El fútbol es un deporte de equipo y Marcelino entendía que ello era lo mejor para el colectivo, aunque en su plantamiento hubiera un damnificado y quizás también otra razón.

Ferran Torres fue el futbolista que salió perjudicado de la decisión de Marcelino. Él era la pieza con la que Marcelino hubiera encajado en Mendizorroza su clásico 4-4-2 y sin embargo él fue el que se quedó fuera. Es lícito que los ‘ferrandistas’ vean en la decisión de Marcelino una falta de confianza en el canterano. A fin de cuentas no era la primera vez esta temporada en la que el Valencia afrontaba un partido sin Kondogbia ni Coquelin (los pivotes defensivos) y sin embargo en ninguno de los anteriores Marcelino optó por un cambio de dibujo.

Ferran, quien no olvidemos que aún no ha cumplido 19 años y es el jugador español de su generación con más minutos en la élite, fue el primer cambio que realizó Marcelino, en una intento de dotarle al equipo de aire fresco cuando el partido más cuesta arriba estaba. Ello vino a ser como la teoría del palo y la zanahoria, es decir, palo como titular, zanahoria como revulsivo, aunque Marcelino, de nuevo, no buscara dándole entrada en el minuto 56 ningún reconocimiento ni premio individual sino un beneficio para el colectivo, que iba perdiendo.

En Paterna Marcelino conversó durante unos minutos con Ferran. Lo hizo en el trayecto hacia el vestuario tras el entrenamiento. Sea de lo que fuere lo que hablara el entrenador con el canterano, esa imagen captada por David González venía a ser como un guiño al damnificado del día anterior, algo así como sé que no te puse de titular pero que sepas que te tengo presente. Lógicamente Ferran prefería hechos a palabras, aunque nunca están de más muestras de afecto. Ferran tiene que seguir quemando etapas con ambición y a su vez relativa calma, pensando que hubo un tiempo en el que David Silva no jugaba en el Valencia y se fue a Eibar o que Jose Luis Gayà cumplió los 19 con solo un partido en Primera.

El Valencia, a su vez, más allá de Marcelino, aunque empezando por él, no puede errar el tiro en la proyección de Ferran. En Paterna y en Las Rozas nadie duda de su nivel. Sus circunstancias son diferentes a las de otros canteranos del primer equipo. De hecho él dio el salto antes que Gayà, Soler o Lato. Pero su dorsal ‘20’ fue causa contractual y de club más que un efecto de fe ciega de Marcelino. El asturiano era partidario de que el futbolista siguiera con ficha del filial para poder alternar el primer equipo con partidos con el Valencia B. Y ello es algo que estará presente hasta que se demuestre lo contrario, cosa que no sucedió en Mendizorroza. Con Ferran el Valencia no puede permitirse otro caso Isco. Por suerte para el club Ferran es de Foios y, por gestión, su cláusula es de 100 millones y no de solo 6 como el malagueño.

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