España, del cielo al infierno en el Jan Breydel de Brujas

Muchas miradas en la previa del Brujas-Atlético se fijaron en una de las porterías del Jan Bruydel Stadion. Haciendo memoria el estadio del club belga fue testigo de dos momentos extremos en la historia del fútbol español, dos instantes que, por entonces, hace 18 años jalonaban el andar de La Roja, capaz de lo mejor y de lo no tan bueno en espacio de cuatro días. Fue en el marco de la Eurocopa de 2000, organizada por Bélgica y los Paises Bajos y que se llevó, finalmente, Francia para alargar su reinado después de ganar en casa el Mundial dos años antes.

España participó en aquella fase final del mes de junio de 2000 de la mano de José Antonio Camacho y los sobresaltos se iniciaron el primer día. España cayó contra Noruega por 0-1 con un gol de Iversen y los peores augurios se cernían sobre la Selección. En la segunda jornada se enmendó el rumbo tumbando por 2-1 (goles de Raúl y Etxeberría) a Eslovenia (Zahovic) y se llegó a la última jornada para una montaña rusa de emociones. Eslovenia y Noruega no pasaban del empate a cero, pero España, en el Jan Breydel Stadion, nadaba a contracorriente todo el rato. Milosevic adelantó a Yugoslavia para que antes del descanso Alfonso empatara. Tras la reanudación Govedarica volvía a poner en ventaja a los balcánicos y Munitis respondía un minuto después con un golazo desde fuera del área. Era un partido loco que tuvo un desenlace brutal. Komljenovic hacía el 3-2 en el 75', con Yugoslavia con uno menos, y España buscó la heroica en los últimos minutos. Necesitaba dos goles para pasar y llegaron de forma milagrosa y agónica. Mendieta empató a tres en el 94' desde el punto de penalti y, apenas un minuto después, Alfonso hacía el 3-4 para el delirio español.

Clasificación milagrosa para cuartos de final como líderes de grupo donde esperaba la Francia de Zidane, entre otros. La campeona del mundo había cedido su grupo ante holanda, pero tenía a todas las figuras que dos años antes se habían coronado en su país. Zidane, precisamente, desequilibró el partido sobre la media hora con una falta magistral que no pudo detener Cañizares. Pero poco después Thuram derribó a Munitis en el área y Mendieta no perdonó desde el punto de penalti. Sin embargo, poco antes del descanso Djorkaeff volvía a batir a Cañizares tras una contra.

Como contra Yugoslavia, España buscó otra gesta en la misma portería que cercó cuatro días antes. Los de Camacho se volcaron buscando batir a Barthez y fue el histriónico meta el que cometió un error infantil sobre el tiempo reglamentario. Derribó a Abelardo y, sin Mendieta ya en el campo, Raúl afrontó la responsabilidad. Pero la misma portería que había recibido el remate de Alfonso cuatro días antes vio como el delantero del Real Madrid mandaba a las nubes las posibilidades de prórroga y Francia fue la que pasó a semifinales. El estadio del Brujas lleva el nombre del cabecilla de Los Maitines de Brujas, el levantamiento contra las tropas francesas de 1.302, pero aquel 25 de junio de 2000 el Jan Breydel fue propicio para los galos.