VUELTA A ESPAÑA

Castrillo, perla en ciernes

El aragonés, debutante en La Vuelta, es un corredor de presente... y de futuro. “No se pone límites”, dice Juanjo Oroz, su director en el Kern Pharma.

Almendralejo
PEPE ANDRESDIARIO AS

Hoy en día se ven corredores con 20 y 21 años, o incluso menos, ganar carreras World Tour, derrotar a los mejores del mundo y exhibirse, pero todo lleva un proceso que, cierto es, en los años recientes se está adelantando cada vez más. Pablo Castrillo, a sus 23 años, se está desarrollando paso a paso, quemando etapas. Esta temporada está dando un salto adelante, como demostró en distintas carreras, recordando el momento en el que llegó a aguantar la rueda de Vingegaard en O Gran Camiño, allá por febrero, antes de ceder ante seguramente la segunda rueda, e incluso a veces la primera, más difícil de seguir en el pelotón.

En las últimas semanas, el de Jaca fue el mejor español en la Clásica de San Sebastián (17º) y, en la apertura de La Vuelta, con la contrarreloj en Lisboa, también fue el más destacado de los nacionales (21º). Equipos del World Tour, especialmente el Ineos, llamaron a su puerta, y no seguirá en el Kern Pharma, lo que también es un orgullo para un equipo que, además de ser un Pro Teams destacado, es un trampolín recientemente para los españoles: Roger Adrià, Raúl García Pierna… todos salieron de la estructura de Juanjo Oroz.

Castrillo posa para AS durante La Vuelta PEPE ANDRESDIARIO AS

“No me queda otra que ir día a día, verme especialmente en las etapas duras y comprobar hasta donde puedo llegar en la general (ayer quemó buena parte de sus opciones). Y, si no sale, pues iremos a por fugas con la intención de buscar alguna etapa”, desgrana Pablo sobre sus objetivos en esta Vuelta, su estreno en una carrera de tres semanas. “Para un equipo como el nuestro (Kern Pharma), el estar aquí es importantísimo por la visibilidad que nos da”, añade Pablo sobre el retorno del color verde a La Vuelta. Sufrió una caída en la Itzulia que le provocó una fractura de clavícula, su único lunar en una gran campaña. “La verdad que todo está saliendo muy bien, como me hubiese gustado, en cuanto a resultados y rendimiento. Estar en una Vuelta da un poco de respeto, y me lo tomo como un reto y una ilusión. Todo el mundo dice que hacer una grande te deja unas piernas diferentes, y quiero comprobarlo”, apostilla Castrillo mientras, a corta distancia, le observa Oroz.

“No se pone límites, y es algo que me gusta. Aunque tenga envergadura, es un corredor que va muy bien para arriba y es un ciclista completo, capaz de pelear por todo. Desde su último año de amateur ya veíamos que su nivel era muy alto. El poco miedo que tiene se nota cuando le decimos, por ejemplo, que vamos a una carrera en la que también viene Evenepoel y dice que mejor. Eso es destacable”, explica el navarro sobre uno de sus pupilos, que ayer fue protagonista en la escapada del día. Ya sabe lo que es curtirse en una fuga en una gran vuelta, y además en un día montañoso, y solo el empuje del Red Bull-Bora de Primoz Roglic le dejó, y ya en la última subida, sin poder luchar por un triunfo... que cada vez tiene más cerca.

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