Magia de Trae en el Garden

Quién lo hubiese dicho después de ver los dos primeros enfrentamientos. Quién lo hubiese dicho después de que los Celtics se reservasen este quinto encuentro para cerrar la eliminatoria con los Hawks en su afamado pabellón. Porque esto no acaba aquí. Ése es el cambio de paradigma en esta serie de primera ronda de los playoffs en la Conferencia Este. Atlanta sobrevive y ahora vuelve a casa para tratar de forzar el séptimo y definitivo.

En una recuperación de pulsaciones salvadora, con capacidad para incluso templar la temperatura en el momento de más calor, los Hawks sacaron el triunfo del TD Garden por 117-119 y anotaron el 3-2 (en su contra) en este enfrentamiento. Philly, por tanto, continuará esperando rival. Un bonito duelo entre Jaylen Brown (35) y Trae Young (38) lo fue hasta el final, hasta la jugada que decidió todo, en la que uno defendía a otro y el base visitante anotó el triple ganador a falta de 2,1 segundos.

Contento tiene que estar Joe Mazzulla al ver la oportunidad que se le escapó a los suyos. Con una baja clave en el contrario y con la oportunidad tan manifiesta de cerrar este capítulo en alto, ahora se ven abocados a un no sé qué en el estado de Georgia que les puede complicar la vida. Economizar esfuerzos es primordial en playoffs y más si hablamos de un equipo que sí aspira a ganar. Un patinazo no esperado por los verdes.

La baja de Dejounte Murray, suspendido por la NBA para este partido por un “excesivo contacto” con un árbitro en el duelo anterior, era capital. Y casi una sentencia de muerte si cogemos todos los condicionantes y los echamos a la batidora. El dominio de los Celtics sólo tuvo la pega del tercer día, que pareció algo pasajero más que una preocupación a la larga, y los temblores en el cuerpo de los aficionados eran pocos y leves. Pero quizá no contaban con la aparición del mejor Trae Young, aquel que se echó encima a los Knicks hace un par de años y el mismo que espera enfurecer a los célticos en esta ocasión. Sus 38 puntos y 13 asistencias de este martes son números que están fuera de duda, claro, pero es ese trance final el que de verdad ha hecho despertar a los Celtics del plácido sueño. Aquí se va a jugar hasta el final y enfrente tienen a un contrincante sin nada de lo que preocupar. Los de Snyder se mantuvieron a la zaga a partir del segundo cuarto. Boston tuvo, de nuevo, dominio en la zona, tanto para ganar los rebotes como para convertirlos en canastas, y también destrozó a Atlanta transformando ataques nada más llegar a campo contrario. Eso sí, Horford parecía sólo centrado en la parte defensiva -colocó cinco tapones- y Tatum estaba en uno de esos días: 1/10 desde el triple. Young, tampoco con una carta excesivamente buena en lanzamientos exteriores, fue el que hizo clic y cambió todo. Después de la tarea de acercamiento en el marcador, porque los Celtics dominaban 92-82 al término del tercer acto, Trae explotó. Dos tiros de tres en medio minuto y partido nuevo con 2:41 minutos en el reloj. Los Celtics, sin saber echar mano tanto del acertado Brown como del desnortado Tatum, encontraron en un par de ocasiones a Robert Williams y poco más. Resistieron en su último ataque con una penetración de White en la que Trae se movió intentando sacar la falta en ataque. Y con siete segundos el balón en la banda pasó a manos del base de los Hawks, defendido por Jaylen, para ganar: una sutil finta jugando con el tiempo, porque Brown pensó que lo agotaría y tiraría más cerca, dio espacio a Young para ejecutar a casi nueve metros del aro un tiro matador. Estupor local, celebración visitante. Porque quedaban dos segundos más, pero la defensa impidió que los Celtics siquiera tiraran. Los 14 puntos de Trae Young en los 3:18 de la conclusión marcan un camino a los georgianos, que sobrevivieron en el pabellón más icónico de la NBA y ahora son capaces de todo.