Westbrook es la excusa de los Lakers para evadirse

No hay una solución a corto plazo para el problema de los Lakers. Algún malintencionado se pensaba que la baja de Russell Westbrook por lesión, que no estuvo en este partido y es duda para el siguiente, iba a revolucionar de forma mágica las idead de un equipo al que le falta fuelle en todas las líneas. No se arregla de hoy para mañana. Westbrook se lleva las críticas más salvajes, pero no está y tampoco se gana. Es estructural. Cierto es que delante estaban los Nuggets de un Jokic adecuado a dar lecciones, aunque hubiera dado igual. Los locales salieron a picar piedra cuando paró de llover, hicieron el trabajo, llenaron sus sacos y a cobrar lo ganado. Sin alharacas. Es la pena actual de los californianos.

El 110-99 con el que se llegó al final no fue otra cosa que fruto del tirón de los Nuggets cuando les convino. Concretamente después de un descanso al que se había llegado con empate a 54 y tras un esfuerzo positivo de los Lakers para llegar a la altura de su rival. Jokic (31+13+9) unió fuerzas con el triplista Brown (4/6) y el resto de compañeros para forzar un parcial que sí valió: 29-9, en corto, y 32-17, el total del tercer cuarto. Davis (22+14) fue el más entonado de los visitantes, que tiraron la toalla poco después al ver que el partido estaba perdido.

Es de quedarse sólo en la superficie el señalar a Westbrook en un partido en el que ni estaba. Es un mantra con el que se va a quedar la afición de los Lakers por ser el recurso fácil y por ser evidente que el base no está funcionando en la estructura que rodea a LeBron y Davis, pero se puede apuntar más alto o a los lados. Mientras tanto en Denver cogen confianza pese a tener un mal día desde fuera del arco. Murray va entrando poco a poco y Malone se pudo permitir la licencia este miércoles por la noche de dar una minutada importante a Christian Braun, potente base que estaba en Kansas hasta este verano, para ver qué prestaciones le da en lugar del veterano Smith. Y Jokic, sin distracción alguna, hace el trabajo de todos.

El acomodo de los Lakers en este encuentro se debe tomar como positivo, por supuesto. Ese segundo cuarto de pequeña remontada, aunque no valiera al final, enseña el camino. Puntos en la zona, fáciles, pese a tener enfrente a Jokic. Se apoyaron en lo que saben hacer mejore incluso LeBron James se animó con uno de esos vuelos en los que abre las alas a más no poder. Después se toparon con la realidad. Los Nuggets probaron por fuera, pero rectificaron viendo que era una mala estrategia; acabaron con 9/34 en triples y un 2/19 entre Jokic, Gordon, Hyland y un Jamal Murray que intenta tiros contestados que metía antes de la lesión y ahora debería evitar. Se centraron en la absorción de balones de Nikola dentro de la pintura y ganaron. La pega para los de Colorado fue la lesión de Kentavious Caldwell-Pope justo cuando mejor estaban jugando, en el tercer acto, y contra el equipo en el que fue campeón, una torcedura del tobillo izquierdo sobre la que habrá que estar atentos. Estos Nuggets sanos pueden valer un potosí. Estos Lakers sanos agotan las excusas con el paso de los días.