Vukcevic: Madrid, Partizán ¿y NBA?

Queda un partido en la intensísima eliminatoria Real Madrid-Partizán, una serie que decidirá quién juega contra el Barcelona (ya clasificado) en las semifinales de la Final Four de Kaunas, de la que saldrá un nuevo campeón ya que el Efes, que defendía título (doble título, de hecho, 2021 y 2022) ni siquiera se clasificó para cuartos de final. Hasta ahora, 2-2 en una serie en la que nadie ha ganado todavía en su pista y en la que ha pasado de todo: la lesión y el regreso heroico de Edy Tavares, la infame pelea que impidió acabar el segundo partido, la remontada del Real Madrid en Belgrado, el efecto de las sanciones, la lesión de Gabriel Deck… Todo queda pendiente del quinto partido, el miércoles, donde el Madrid será el primero que levanta y 0-2 en contra… o el Partizán el primero que, con este formato, gana un quinto decisivo a domicilio.

Tristan Vukcevic (ala-pívot 20 años) no ha sido ni mucho menos uno de los protagonistas de la eliminatoria. De hecho, solo ha jugado siete minutos (ni eso, 6:51 en realidad) en el tercer partido, cuando las sanciones dejaron en cuadro a un Partizán sin su pívot de referencia, Mathias Lessort. Zeljko Obradovic no tenía con qué parar a Tavares, demoledor (41 de valoración) y llegó a utilizar unos minutos (los únicos que ha jugado en la serie) a Vukcevic, un 2,09 que apenas ha jugado en la Euroliga: participación en trece partidos, dos como titular, con solo 6,3 minutos de media y 1,2 puntos, 1,2 rebotes y unos pobres 36% en triples y 22% en tiros de dos. Al menos en la ABA, la Liga Adriática en la que el Partizán es líder por delante del Estrella Roja, su presencia ha sido mayor: 14 minutos de media en 22 partidos (lleva 26 el Partizán, con solo dos derrotas) con 8,1 puntos, 3,2 rebotes, 9,1 de valoración, un 70% en tiros de dos y un 40% en triples (y un 81% desde la línea de personal).

Pero la eliminatoria Real Madrid-Partizán tiene historia también para Vukcevic, que en 27 de enero de 2022 salió del equipo blanco para enrolarse en el serbio, y buscar al lado de Obradovic más minutos y un rol importante para potenciar sus opciones de dar el salto a la NBA en 2023, un draft que está ya a solo unas semanas vista. Por entonces tenía 18 años, y el Real Madrid habló de un “traspaso” (se llegó a contemplar la cesión) por el que el equipo madrileño conservó sus derechos en Europa y el derecho a cobrar su cláusula si se va a la NBA, como es desde luego su intención.

Vukcevic había debutado en el primer equipo del Real Madrid en un amistoso de verano, en septiembre de 2020. En octubre llegó su estreno oficial, contra el Gran Canaria (2 puntos y 2 rebotes), y la pasada temporada había jugado, cuando decidió marcharse, nueve partidos de Euroliga con 2,1 puntos y 1,2 rebotes en poco más de seis minutos en pista. La exigencia del Real Madrid y la profunda rotación interior del equipo que todavía entrenaba Pablo Laso le empujaron a buscar una salida. Su destino fue el Partizán.

Había llegado a la cantera del Real Madrid en 2018, con 15 años y procedente del Olympiacos, donde había pasado dos temporadas. El ala-pívot acabó jugando en total 44 partidos con el primer equipo (32 en la Liga Endesa y 12 partidos en la Euroliga). Cuando se fue, dejó claro que su ambición era máxima: “Obradovic es el mejor entrenador y yo quiero aprender de él. Esto ha sido una influencia en mi decisión de salir de un gran club, como el Real Madrid, y venir a otro”.

Con su traslado a Madrid no llegaba a territorio desconocido, ni mucho menos. Su padre, Dusan Vukcevic, también vistió la camiseta blanca. Concretamente, en la temporada 2001-02 y, además, siguiendo el mismo camino: también llegó desde el Olympiacos. Tirador contrastado en la época, no tuvo la mejor fortuna en un proyecto que intentó incorporar talento procedente de los Balcanes (Dragan Tarlac, Zan Tabak...) sin éxito y que necesitaba un exterior tras la salida de Marko Milic.

Ahora está por ver qué sucede en el draft de la NBA. Las previsiones le sitúan en segunda ronda, entre las elecciones 40 y 50 (41 para NBA DraftRoom, 44 para NBAdraft.net), e incluso más atrás, en las últimas (57 para USA Today). Los ojeadores estadounidenses valoran su altura y envergadura y su capacidad para tirar, algo en lo que creen que puede evolucionar todavía mucho, y pasar con criterio. Pero desconfían de su intensidad defensiva, su capacidad para intimidar y rebotear y, en general, para adaptarse al tono físico que requiere una competición como la NBA. Veremos, porque el talento está ahí, si bien está tardando más en despuntar en Europa de lo que parecía cuando ganó con el Real Madrid el Adidas NGT de Múnich para jugadores Sub-18 en 2020. Allí promedió 16 puntos y 4,8 rebotes. Desde entonces, y cuando su techo parecía altísimo, su paso parece haberse ralentizado.