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Supernova en el Madrid: Vukcevic toca a la puerta del presente

El canterano del Real Madrid lanza a los blancos hacia la victoria en el partido frente al Barça y se asienta en la rotación de Pablo Laso.

Supernova en el Madrid: Vukcevic toca a la puerta del presente
Pedro CastilloACB Photo

Escuchar 'Vukcevic' en las narraciones del Real Madrid ya no suena raro. El canterano blanco, a sus 18 años, es uno más dentro de la disciplina del primer equipo, tanto en los entrenamientos como en los partidos, donde cuesta más serlo. Parece estar tocado por la varita de la precocidad, esa que también reposó sobre su compañero Usman Garuba, antes en Luka Doncic, y que, ahora, apunta a Eli John Ndiaye, Juan Núñez o Matteo Spagnolo. A priori, líderes de otra camada prometedora: del 27 al 30 de mayo, en Colonia, defenderán su corona europea en la final a ocho de la Euroliga Junior. Una tradición cuyas raíces cada vez son más consistentes.

La fábrica de talentos es inagotable. En la era Pablo Laso, ya han sido quince los jugadores que han tenido la oportunidad de debutar con el primer equipo. Entre ellos, los propios Luka o Usman; pero también Dani Díez (Lenovo Tenerife), Willy Hernangómez (New Orleans Pelicans), Jonathan Barreiro (Casademont Zaragoza), Dino Radonic (Acunsa GBC) o Boris Tisma (Coosur Real Betis). El decimoquinto, Tristan Vukcevic, que ante el Barcelona, en el Clásico del baloncesto español, sumó su séptimo partido seguido acumulando minutos en ACB con el Real. Y qué minutos. Una progresión controlada, made in Laso, que ha acelerado en las últimas actuaciones. Si en su debut en la ACB, el pasado 10 de octubre, sumaba 3:43 minutos, contra el equipo catalán fueron 21:04. Entre una fecha y la otra, dos etapas bien definidas. La primera, compuesta por los encuentros frente a Herbalife Gran Canaria, Betis, San Pablo Burgos, UCAM Murcia y TD Systems Baskonia, marcada por la toma de contacto con el baloncesto profesional. En dicho periodo, 23 minutos totales, 4:36 de promedio, para 1,2 puntos y 1,4 rebotes; sin asistencias y con sólo un intento, fallado, en el triple. Nada que ver con la segunda, envalentonada por 14 minutos brillantes frente al Betis, en los que acumuló 11 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 2/3 en triples para 16 créditos de valoración. Su carta de presentación entre los mayores.

Acciones de todos los colores con un inicio explosivo: un 3+1 frontal, tras pase de Laprovittola y falta de Ndoye. Posteriormente, buenos movimientos bajo el aro, con soluciones para los compañeros o para la vía directa, y una carta de tiro más que amplia, como demandan los nuevos cánones del baloncesto. "He visto en él una mejoría muy grande", declaró Laso tras el partido, destacando también su capacidad para aportar desde ya al equipo y su visión para entender qué demanda cada momento. Desde entonces, más minutos, absolutamente merecidos y no menos aprovechados: frente al BAXI Manresa, 5 puntos, 3 rebotes y 1/2 desde la larga distancia. Frente al Acunsa GBC, 7 tantos, otros 3 rebotes y un +11 en el más menos. Este último, además, un enfrentamiento en el que, como pasó contra el Betis con Boris Tisma, se vio las caras con Dino Radoncic (19 puntos y 25 de valoración), el alma de un Gipuzkoa, colista, que poco pudo hacer ante el líder. Rivales durante el partido, pero grandes amigos fuera de él. "Tristan Vukcevic, recordad su nombre", publicaba Dino en su página de Twitter en medio de esta vorágine de apariciones positivas, en las que ha promediado 17:38 minutos, 8,5 puntos, 3,5 rebotes y ha encestado 7 de sus 13 intentos en el triple (54%). No le faltaba razón. 

Graduación en el Clásico

Por si todavía quedaba alguien que no lo conociera, Tristan decidió acaparar buena parte de los muchos focos que iluminaron un Clásico para el recuerdo. Era el Clásico de Pau Gasol, el Clásico post Deck; pero terminó siendo el Clásico de Vukcevic. Porque sí, Laprovittola fue el artífice de la victoria, el que asestó el golpe y conquistó, cuando le hacía ojitos a Mirotic, la épica; pero en la explosión el astro suele cegar, por muy grandilocuente que sea todo lo otro. Supernova, lo llaman. Y tiene su coordenada espaciotemporal en los momentos decisivos, cuando sólo suelen valer la experiencia o el talento. De lo segundo, Tristan va sobrado. Ya en el último cuarto, tras asistencia de Rudy y varios destellos como aviso, triple para estirar un marcador necesitado. No es traidor. Y lo mejor estaba por llegar. A un minuto del final, con 74 a 78 en el luminoso y después de tres defensas excelentes, nuevo acierto desde la larga distancia; el mismo que, según Pablo Laso, les hizo celebrar demasiado pronto.

Las cinco faltas, fruto de una entrega defensiva impagable, le negaron el final de un partido que merecía. Y Pablo suele dar a cada uno lo que se gana. 11 puntos, igualando su mejor marca hasta el momento, 4 rebotes, 3/5 en triples y un +15 en el más menos (el mayor del equipo) lucían por aquel entonces en su casillero. "No me sorprende lo que han hecho Usman y Tristan, porque los veo muchos días", dijo Laso tras el partido. Casualidad o causalidad, es una metáfora perfecta: las supernovas se generan por fusión nuclear y, junto a Vukcevic, no podía faltar Garuba. Conjuntamente, la pareja interior más joven en un Clásico y la que, aunque no quede para los libros de récords, hizo olvidar a un Tavares cargado de faltas. Sí quedarán sus 11 puntos (de ambos), siendo, Tristan por delante y Usman por detrás, junto a Roger Esteller y Doncic, los jugadores más jóvenes (18 y 19 años respectivamente) en alcanzar dicha cifra en un enfrentamiento contra el Barcelona. Uno de los muchos récords que les quedan por batir, si nadie - léase NBA - se lo impide.

Del Olympiacos a las lecciones de Felipe Reyes

Vukcevic aterrizó en Madrid en 2018, con 15 años, procedente de la cantera del Olympliacos, en la que pasó dos años. No llegaba a territorio desconocido, ni mucho menos. Su padre, Dusan Vukcevic, también vistió la camiseta blanca. Concretamente, en la temporada 2001-02 y, además, siguiendo el mismo camino: también llegó desde el equipo griego. Tirador contrastado en la época, no tuvo la mejor fortuna en un proyecto que intentó incorporar talento procedente de los Balcanes (Dragan Tarlac, Zan Tabak...) sin éxito y que necesitaba un exterior tras la salida de Marko Milic. Devenir muy distinto al que quiere escribir su hijo, heredero del acierto desde la larga distancia, pero de perfil distinto.

Con sus 100 kilos y 2,08 metros de altura, Tristan puede moverse entre las posiciones interiores (ala-pívot); sin abandonar, claro está, ese acierto exterior que tan necesario se ha vuelto en la actualidad. De hecho, el tiro, tal y como ha demostrado en las últimas actuaciones, es una de sus mayores virtudes, una relación cuasinatural que le convierte en un prototipo idóneo para rendir desde ya. Sin embargo, su capacidad para jugar de espaldas al aro no se debe ningunear. Bien lo sabe Felipe Reyes, cuyo rol en la pista cada vez cuenta con menos minutos; pero el de capitán, en una plantilla que, a marchas forzadas, se ha visto obligada a dar galones a los más jóvenes, es casi más importante que nunca.

Y ha arropado a Vukcevic, mostrándole los secretos del poste bajo, los mismos que tantas veces han hecho vibrar a la afición del Real. "No era solo hoy que Felipe Reyes me ha dado clases, lleva dándome clases todos los días por siete meses (no sólo dentro de la cancha, fuera también). Un honor poder aprender de ti"escribía el joven al veterano por su 41º aniversario. "Es un placer trabajar con chavales que tienen ganas de aprender y que van cada día a entrenar a darlo todo y tú, Tristan, eres un claro ejemplo de todo esto. Si sigues trabajando igual de duro y con la misma humildad que ahora llegarás hasta donde te propongas", respondía el segundo. Palabra de capitán.