Llull luce su leyenda en la victoria 100 de Chus Mateo

El duelo lo tenía todo y no defraudó. Pablo Laso hizo de anfitrión competitivo, empujó a su Bayern a rebelarse contra un adversario superior, un Madrid que cerró la victoria con un puñetazo en la mesa. El parcial de 6-22 transformó el amenazante 65-70 en otra cosa: 71-92. Sergio Llull hizo historia con su partido 1.047 de blanco y una gran actuación: 13 puntos y 4 asistencias en 17:50 en pista. Lució su leyenda y Chus Mateo lo celebró, lo de su capitán y su triunfo 100 desde que es el entrenador del Real Madrid, en apenas año y medio, en 127 encuentros. Junto con Llull, el trío Musa, Hezonja y Poirier agrupó 51 puntos. De nuevo, otro día certerísimo en el triple (13 de 26) tras 19 asistencias. Quizá las 14 pérdidas los llevaron a trastabillarse en alguna ocasión, pero más sufrieron ahí los muniqueses (18). La valoración es concluyente: 61 a 121.

El calendario del baloncesto es de locos, aunque a nivel emocional consigue mantener el tono alto. Siempre hay un acontecimiento, una rivalidad, un reencuentro o unas prórrogas que contar. Y este martes, en Múnich, cómo no. Del homenaje a una leyenda del fútbol recién fallecida, Franz Beckenbauer (con los dos equipos vistiendo en el calentamiento una camiseta con su dorsal, el 5, y un emotivo minuto de silencio), a los honores en la pista a otra, Sergio Llull, que a sus 36 años aún ofrece un nivel muy alto.

A las 20:17 de la noche en Múnich, cuando faltaba 1:57 para el final del primer cuarto, el menorquín saltó a la cancha para disputar su partido oficial 1.047 como merengue, más que nadie en la larga historia del club, uno más que Felipe Reyes, 326 más que Rudy. Solo su participación ya era noticia, pero lo fue también su magnífica salida a escena. Una entrada en dribling rompiendo por el centro con suspensión de media distancia y una penetración por la derecha. Luego, dos triples, 10 puntos en menos de 10 minutos. Una de las grandes apuestas de Laso en la década pasada volvió a castigarle, como hace menos de un mes en el Palacio (16 tantos entonces, 29 en la suma de los dos días), aunque en realidad solo se puede entender como un homenaje mutuo. “Mi hijo dice que Llull es Dios”, contaba hace cuatro semanas el técnico como reacción a los elogios previos del menorquín.

Alocén contra Ibaka y... 2+1

Chus Mateo hablaba de resetear los esfuerzos tras los 60 minutos ante el Efes en plena segunda doble jornada seguida, lo que hará a los suyos disputar seis partidos en doce días, y este aún solo era el cuarto. Lo hizo muy bien y el equipo le respondió también con casi todos los jugadores aportando. Hezonja y Musa, de nuevo, en las cotas altísimas en las que han empezado 2024, Poirier dando un relevo brillantísimo a Tavares, Causeur preparado para lo que sea (sin Taylor ni Hanga toca defender como siempre y algo más), Yabusele sin mirar aro y a la vez centrado atrás, Abalde dando pasos al frente, Campazzo, Tavares…

Y los mejores momentos de Carlos Alocén desde que volviera a finales de noviembre tras casi 22 meses de baja. Dirigió la buena arrancada del equipo (6-15), luego tomó el control el Facu (36-45 al descanso) y, en la reanudación, tres muy buenas acciones cara al aro (7 puntos), en especial un 2+1 frente a Ibaka, que acababa de colocar dos gorrazos. Los blancos aceleraban, el Bayern clavaba las uñas y no se soltaba; iba a apurar sus opciones en el cuarto definitivo: cinco triples encadenados. El 65-70 parecía inquietante, unas dudas que se esfumaron pronto. Abalde la metió de tres frontal, Llull de ocho metros, Hezonja desde el lateral y Poirier colocó la guinda con un 2+1. De la incertidumbre a la certeza: +22, 68-90. Al Madrid las cuatro prórrogas parecen haberle caído bien, como si digiriera ahora mejor las dificultades.

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