La sombra del ‘caso Campazzo’

En esta Euroliga competitiva hasta el extremo, en la que un par de victorias o de derrotas pueden provocar un vaivén de media tabla clasificatoria, el Real Madrid abre la cuarta doble jornada europea del curso (balance de 4-2 en las tres anteriores) con un intenso viaje a Belgrado, a la cancha del Estrella Roja, la sala Pionir, que ahora lleva el nombre del mítico entrenador serbio Aleksandar Nikolic. “Un escenario con un ambiente de baloncesto un poco a la antigua, cuando los pabellones eran difíciles de asaltar”, explica Chus Mateo. A su equipo le aguarda el rival más mejorado de la Euroliga con Dusko Ivanovic en el banquillo, uno que lleva ocho triunfos en las últimas diez jornadas y que, pese a que aún anda solo en la décima posición, fuera de los ocho primeros, viaja a apenas dos victorias del grupo de cinco líderes entre los que se encuentra el Madrid. Una visita con intrahistoria, marcada por la sombra alargada del caso Campazzo, que no podrá jugar, como tampoco, en principio, el lesionado Luca Vildoza, que empezó a ejercitarse este lunes. Sí lo hará Hezonja; Rudy y Deck continúan de baja.

Campazzo (1,78 m y 31 años), tras ser cortado por Dallas Mavericks (52 minutos en 8 partidos), tuvo oferta del club blanco, pero firmó con el Estrella Roja por unas cifras muy por encima del nivel salarial de la plantilla merengue (1,8 millones de euros netos por lo que quedaba de curso y 2,5 por el siguiente, con cláusula de salida el próximo verano: 50.000 dólares). Driblaba así el derecho de tanteo del Madrid. El anuncio oficial del Estrella Roja se hizo el 19 de diciembre, 19 días después de que el Panel de Finanzas de la Euroliga, un órgano independiente, hubiera sancionado al club serbio provisionalmente sin inscribir a nuevos jugadores y entrenadores. El expediente se lo había remitido la Comisión de Control de Gestión por “deudas a la plantilla y por omisión de la información debida”.

La entidad de Belgrado le transmitió al Facu que iba a ponerse al día con los atrasos (a algunos jugadores serbios se les debían mensualidades de dos temporadas diferentes) y que podría ser inscrito en breve. Sin embargo, el Panel de Finanzas resolvió definitivamente el procedimiento el 4 de enero con una multa de 25.000 euros al Estrella Roja por “violaciones graves del Reglamento de Estabilidad Financiera y Juego Limpio” y la imposibilidad de registrar nuevos jugadores hasta el 28 de febrero. Campazzo no podría jugar hasta el 2 de marzo en Múnich, un punto clave, además de las deudas ya saldadas, era que el club había proporcionado “información falsa o inexacta, lo que le permitió obtener una ventaja competitiva indebida”. Es decir, si hubiera proporcionado la información correcta y luego saldado la deuda, posiblemente ahora contaría con Campazzo, aunque quizá no hubiera podido dar de alta en su momento a Vildoza (fichado en octubre) ni a Dusko Ivanovic (noviembre).

A la falsedad documental se une la reincidencia: otras dos sanciones en los últimos años, incluida también la prohibición de fichar. El club puede apelar al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), con sede en Lausana, y ha solicitado a Marshall Glickman, director ejecutivo de la Euroliga, una amnistía, algo que recoge la normativa de la competición y que no tiene visos de producirse.

“Pido que me dejen jugar”

Campazzo ha dicho sentirse “cansado y triste”: “Lo único que pido es que por favor me dejen jugar”. Sí lo puede hacer en la Liga Adriática, donde lleva tres partidos, el último en Skopje, República de Macedonia, donde hizo 23 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes porque sigue siendo uno de los mejores de Europa. El Estrella Roja con la plantilla significándose, sus agentes y su entorno, además de la prensa argentina, también han tratado de hacer campaña con la etiqueta #FreeFacu. Muchos no entienden esa petición de “libertad” cuando la sanción ya pesaba sobre el equipo antes de que fichara, el mismo club que lleva años arrastrando impagos (desde Pesic a Kuzmic pasando por Kalinic) y que ha presentado ahora una oferta desorbitada por un jugador que hasta diciembre parecía totalmente fuera de su alcance. El sindicato de la Euroliga (ELPA), por su parte, ha lamentado que el base “no pueda ejercer su profesión al más alto nivel sin que sea su culpa”, además de criticar la duración del proceso porque “ha creado un nivel de incertidumbre no deseado”. Otros representantes del baloncesto ajenos a la negociación piensan que se podría haber firmado una cláusula liberatoria en caso de no ser inscrito por motivos achacables al club, aunque parece que el mercado no ofrecía ninguna oferta como la del Estrella Roja en este momento.

En la prensa argentina se llegó a acusar al Real Madrid de tratar de posponer el estreno del Facu para que no debutara hoy ante los de Chus Mateo, pero los acontecimientos han destapado que lo que el Panel estaba estudiando era una sanción más larga por la mala praxis de un club reincidente.

Campazzo paga por este embrollo, algo muy duro para un deportista, pero la situación no le era ajena cuando tomó una decisión. La conocían sus representantes. Como conocían que la cláusula de salida del Madrid era de seis millones cuando resolvió en 2020 que quería irse a la NBA solo seis meses después de firmar por el club blanco un contrato de cinco años por un total de 15 millones de euros brutos. Y como conocían el pasado verano que ya entrado agosto sus posibilidades de obtener una buena propuesta de la NBA con protagonismo caían en picado al tiempo que se reducían sus opciones de llegar a Europa en las mejores condiciones, como avisó públicamente su amigo Nocioni. Así que hoy, bajo la sombra alargada del caso Campazzo, el Madrid juega en Belgrado con el argentino de espectador. “No entro en valoraciones, hay un comunicado y una sanción. Bastante tengo con lo mío como para pensar en otras cosas”, asegura Chus Mateo.