El Madrid reacciona ante el campeón de Europa

Haces seis meses fue la final de la Euroliga. Este jueves, un duelo entre dos grandes equipos que pugnaban por recuperarse y meterse en la zona noble de la clasificación. La victoria (94-85) ante el campeón de Europa da al Madrid un impulso, de nuevo en los puestos de playoff. Se puede entender como una reacción, incluso un alivio. No hubo defensa excelsa, pero sí sensación de bloque conjurado y buen hacer cuando el rumbo parecía torcerse al final del tercer cuarto e inicio del último: 69-67. La actuación de Hanga en ese tramo resultó fundamental, atacando entonces el aro y bien atrás todo el encuentro, como base de partida y sobre Micic. El húngaro acabó con 11 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias para 19 de valoración.

Muchas manos merengues sumaron, como el habitual Deck y el mejorado Poirier, 13 tantos cada uno, y Llull con 10, incluido un triplazo de medio campo. Yabusele se paró en 11 antes de marcharse al vestuario porque se le fue la rodilla derecha en una defensa al poste. El Madrid repartió 25 asistencias y solo extravió 9 balones, nada que ver con lo visto en Zaragoza el pasado domingo. Supo compartir el balón y sacar ventaja de eso. Y atrás controló el perímetro, solo Clyburn (3 de 7) repitió diana desde el triple para un 5 de 18 total del Efes (Micic, 1 de 6).

Era un duelo de alta exigencia, por la clasificación y por el runrún que acompaña al Madrid con cada derrota, y sobre todo ahora que no está Laso. Al Efes también le apremiaba la victoria, porque ese ritmo de ganar un partido y perder dos (o tres) no lo puede aguantar un equipo campeón demasiado tiempo, ni aunque lo entrene alguien que para los suyos esté por encima del bien y del mal, como Ergin Ataman.

Los dos contendientes salieron a hacer lo que mejor saben: atacar con talento, el de sus plantillas. Concentrados en eso, pocas pegas, pero en defensa… demasiado intercambio de canastas. El camino al aro estaba asfaltado y lo cogieron ambos con sus bólidos. Sin embargo, el Madrid sumó más y mejor porque, aunque permitió demasiado, en especial en el segundo cuarto (añadan los tiros libres), dominó el rebote y alejó del caudal encestador a Micic (solo 4 puntos bien entrado el tercer periodo), que daba 5 de sus 8 asistencias en la primera media parte.

La traca llegó con el triplazo de Llull desde unos 15 metros, recién pasada la línea de medio campo, totalmente esquinado y sobre la bocina del descanso y a tabla. Celebración a la altura. Luego, en el tercer acto, Hezonja quiso discutirle la jugada del partido con un alley-oop culminado con un mate de espaldas a pase de Hanga. Justo con esa acción, los blancos alcanzaron el +15 (66-51, minuto 26) y… entraron en un bache corto, pero profundo con Micic dando dos pasos al frente. Parcial de 0-10 y pulso recuperado.

Ay, ay, ay… se le escuchaba a alguno en la grada. En plena congoja local, con el ataque enfangado, apareció Hanga. Una buena entrada y una segunda aún mejor culminada con un 2+1 para sobreponerse al peliagudo 69-67. Zizic empujaba fuerte con un par de canastas cómodas para él cerca del aro por su calidad y tamaño. El pívot croata (17) resultó la segunda vía anotador del Efes tras Clyburn (25). Un mate de Poirier (mucho más metido en esta ocasión), otro triple de Llull y una nueva arrancada de Hanga devolvían la renta al +10, que se estiró luego a 15 (90-75) con Tavares colgándose de espaldas de la canasta. Estaba hecho. Triunfo sanador.