Miribilla es un fortín: séptima victoria seguida
Con un Hornsby muy destacado (21 puntos en 23 minutos) y un grandísimo tercer cuarto (24-13), el Bilbao Basket se impuso al Gran Canaria en casa. No pierde allí desde el 9 de diciembre.
El Surne Bilbao Basket encadenó su cuarta victoria consecutiva tras derrotar al Dreamland Gran Canaria en Miribilla con más solvencia de la que reflejó el 81-71 final y complicó las opciones de ‘playoff’ del equipo de Jaka Lakovic. El equipo amarillo encajó en la capital vizcaína la cuarta derrota seguida fuera de la isla, la tercera en las última tres jornadas, en un partido muy gris en el que solo los 16 puntos de Nico Brussino sobresalieron dentro una actuación colectiva por debajo de lo esperado.
Todo lo contrario que un Surne Bilbao muy coral que encontró la llave anotadora en la muñeca de Keith Hornsby (21 puntos y 3/6 en T3) para llevarse un triunfo, el decimotercero del curso, que mantiene vivas sus todavía remotas opciones de meterse entre los ocho primeros. El partido se disputó sin la ayuda del ‘instant replay’ para el trío arbitral “por motivos ajenos al Bilbao Basket”, según aclaró el club vasco antes del comienzo del partido. Una circunstancia que probablemente agilizó también un encuentro con alternativas en su primera parte y que arrancó mejor el cuadro grancanario (0-4).
Hornsby arrancó el motor de los ‘hombres de negro’ que rápidamente cobraron su primera ventaja (7-6), aunque Landsberg permitió a los visitantes cerrar con ventaja el primer parcial (19-21). Un buen inicio del segundo dio alas a los de Jaka Lakovic que con un triple de Bassas y una canasta de Salvó alcanzaron una renta máxima de +7 (19-26). Sin embargo los visitantes no sacaron provecho de su dominio en la pintura rival -11 rebotes en ataque y 10 en defensa- y cedieron la iniciativa a un Surne Bilbao que se fue con ventaja al descanso (36-34).
No acabó de conectarse el Gran Canaria que fue viendo como el cuadro local seguía abriendo brecha durante todo el tercer cuarto hasta alcanzar un +18 al poco de arrancar el último parcial. El partido pareció sentenciado cuando esa renta máxima se repitió a 4.15 del final (73-55). Sin embargo dos triples de Pelos y otro más de Brussino en poco más de un minuto la redujeron a la mitad y dieron un último aliento a los insulares. Un tiempo muerto de Ponsarnau serenó a los de negro y frenó definitivamente la reacción de los de amarillo que al menos consiguieron maquillar un marcador que apuntaba a ser bastante más abultado.
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