Al Madrid no le tumban

No era semana de jornada doble de Euroliga, pero ya no importa para poner en problemas a los equipos españoles de la máxima competición europea cuando vuelven a la ACB. En apenas unas horas el Barça caía en Girona, el Baskonia en Lleida y el Valencia en Granada. Con estos antecedentes saltaba el Real Madrid al Olímpic de Badalona, donde el Joventut aún no había perdido un partido. De hecho, el Joventut solo había caído en el Roig Arena este curso. Los verdinegros, con el añadido de lujo de Ricky Rubio, son uno de los mejores equipos de este inicio de temporada y eran una prueba durísima para el Madrid. Y los blancos la superaron (75-80). Sudando hasta el último minuto, con nervios y susto final, pero se apuntaron otra victoria. El equipo dirigido por Scariolo está creciendo. Sigue teniendo desconexiones, pero cada vez duran menos en el tiempo. Y los sistemas ofensivos comienzan a funcionar. Theo Maledon empieza a hacerse con el mando del fuerte y descubrió en Alex Len un compañero de vuelos. El ucraniano acabó con 5 mates y 12 puntos en 13 minutos. Y Lyles, que venía de una exhibición en el Palau, encontró maneras de seguir aportando en un día mucho menos prolífico en en el tiro: sólo 8 puntos, pero 9 rebotes y 16 de valoración, el que más del Madrid.

Los primeros compases se jugaron a todo trapo, pero sin acierto. El marcador no se inauguró hasta que David Kramer metió un triple liberado desde la esquina a los 3 minutos de partido. En seguida respondió Cameron Hunt en una situación idéntica y, a partir de ahí, se soltaron los ataques. El del Joventut con mejores ideas, imponiendo su experiencia desde el puesto de base con Ricky Rubio, pero también con Ante Tomic, el mejor jugador del partido. El croata ya sumaba 10 puntos, 4 rebotes y 16 de valoración al descanso. Enfrente, en un Madrid sin Okeke ni Hezonja, y con las rotaciones continuas habituales de Sergio Scariolo, hubo que esperar a que salieran los refuerzos del banquillo para tomar la iniciativa. Bien Theo Maledon, cada vez más entonado en su juego y con sus compañeros. También Usman Garuba, haciéndose fuerte en el tablero propio.

Y, por fin, Alex Len, que en su segundo partido con el Madrid (debutó el viernes en Euroliga ante el Barça) dejó jugadas verdaderamente reseñables. Metió su primer punto en un tiro libre y poco después protagonizó una secuencia estupenda: tapón e intimidación a Tomic primero para salir acompañando el contraataque y culminar el pase de Llull con un alley oop que acabó en 2+1. Aún se le nota ansioso cuando sale a defender lejos del aro, metiendo manos y saltando a tiros que no tocas, pero esta vez sí aportó al equipo y dejó una sensación que Bruno Fernando no había dejado en los partidos de esta temporada.

El descontrol se instaló un poco al borde del descanso, en un partido sin apenas tiempos muertos y que iba más rápido de lo necesario, a juzgar por los fallos que se sucedieron en ese tramo del partido. La igualdad era prácticamente total en el intermedio: 13-14 en rebotes defensivos, 9-10 en asistencias, 10-10 en pérdidas. A la vuelta de vestuarios Ricky siguió mandando y metiendo canastas de mucho mérito, pero en cuanto le sentó Dani Miret, el Madrid despegó. Un 1-10 de parcial coronado por un 2+1 de Tavares le daba la máxima ventaja del partido, 42-52, en el minuto 25. Andrés Feliz estaba siendo profeta en la que fue su casa con un tercer cuarto monumental, hasta que Ricky regresó de urgencia a la pista. Scariolo pidió tiempo muerto después de un 5-0, con el triple 400 de Guillem Vives incluido. El Joventut había zozobrado, pero enderezó la marcha a tiempo para entrar en el último cuarto con opciones (55-63).

La asociación Maledon-Len empezó a dar unos frutos ilusionantes. El ucraniano metió cuatro mates más, tres en apenas un minuto, varios de ellos asistidos por el francés. El partido parecía en las manos del Madrid, pero este Joventut no se rinde ante nada ni ante nadie. Si encima coincide con una de las famosas desconexiones blancas, la cara del duelo cambió por completo. Los blancos metieron 5 puntos (dos tiros libres de Lyles y un triple de Maledon) en seis minutos. Cuando volvió a anotar (otros dos libres de Campazzo a 18 segundos del final) el Joventut se había colocado a 1 punto y Ricky, que había metido varios tiros de la remontada, había fallado uno para poner por delante a los suyos. Con el 75-78 la Penya buscó un triple que forzara la prórroga. Un lanzamiento que acabó en manos de Hanga en la esquina después de muchas vueltas, pero que se estrelló en el aro. Tavares cerró el rebote y el Madrid el partido. Una victoria de muchísimo mérito para los blancos.

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