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El presidente de Siria rompe su silencio y lanza una dura acusación contra Occidente

Bashar al Asad asegura que Occidente está politizando el envío de ayuda por no querer colaborar con el régimen e ignorar el aspecto “humano”.

El presidente sirio, Bashar al Asad, ha acusado este viernes a Occidente de tener en cuenta solamente el lado “político” de la situación en Siria y de ignorar el aspecto “humano”, en sus primeras palabras públicas desde el seísmo del lunes y en medio del debate sobre los efectos humanitarios de las sanciones contra Damasco.

“La situación humanitaria no existe en Occidente y, por lo tanto, la politización de la situación en Siria es un asunto natural para ellos”, ha declarado al Asad al finalizar su visita al hospital en su primera aparición pública cinco días después del desastre, sin haber dado tampoco ningún discurso a la nación.

Las tensiones vienen motivadas por la negativa de Occidente de canalizar la ayuda humanitaria a través del Gobierno sirio. En su lugar, las potencias prefieren enviar la asistencia a través de las agencias de la ONU o de otras ONG que operan en el territorio.

El dirigente y la primera dama, Asma al Asad, han visitado a algunos de los heridos por el terremoto ingresados en el Hospital Universitario de Alepo, una de las ciudades más afectadas por el temblor, y conversaron con ellos sobre “sus condiciones y necesidades”, según la presidencia de Siria. También hablaron sobre la atención médica que se ha brindado a los heridos tras el terremoto, un hecho que han calificado como “terrible experiencia sin precedentes”.

La ONU pide estudiar vías alternativas

Aunque el régimen de Bashar Al Asad consiguió recuperar gran parte del territorio sirio, el país todavía es un puzle, dividido entre las propias autoridades y las diferentes fuerzas opositoras: Hayat Tahrir al Sham, grupos rebeldes sirios apoyados por Turquía y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), entre otros. Un mapa tan quebrantado por las diferencias dificulta el paso de la ayuda humanitaria por la existencia de fronteras invisibles controladas por milicias y por el propio Estado.

Hasta el momento, el único lugar por el que podía llegar la ayuda humanitaria se hacía mediante el paso de Bab al Hawa, una travesía que ha utilizado el primer convoy de la ONU, que llegó este jueves. Sin embargo, ese camino ha quedado muy dañado tras el terremoto, por lo que la ONU planea recurrir a envíos translineales desde áreas controladas por al Asad, según informa Público.

De hecho, la Secretaría General de la ONU pidió el miércoles a los países del Consejo de Seguridad que estudiasen el uso de otros cruces fronterizos para que la ayuda humanitaria llegase más rápidamente a las regiones opositoras. El portavoz de la Agencia de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Jens Laerke, ha dejado un mensaje no muy diferente al de al Asad: “Es imperativo que todo el mundo vea esto como lo que es, una crisis humanitaria en la que hay vidas en juego”. Laerke ha pedido que “no se politice” el envío de ayuda humanitaria para que llegue cuanto antes “a las personas que la necesitan desesperadamente.

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