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Alerta por el pez araña en Chiclana

La pasada semana se atendieron a 70 personas por picaduras de este pez venenoso. Mide unos 30 centímetros y es más común en aguas cálidas.

El mar está plagado de especies que, en muchos casos, nos costaría reconocer. Las medusas suelen ser las que más pánico generan entre los bañistas, pues suele ser habituales avisarlas en muchas playas de la geografía española. Pero más allá de este temido animal, hay algunos peces que nos pueden hacer pasar un mal día de playa. Es el caso, por ejemplo, del conocido como pez araña.

También llamado pez escorpión, su picadura es muy dolorosa. A finales de la semana pasada, la Cruz Roja atendió en Chiclana a un total de 70 personas por la picadura de este pez, según explica el coordinador de Cruz Roja, José Antonio Rodríguez, a La Voz de Cádiz. Aunque no sea tan conocido, su picadura es incluso más común que la de la medusa.

Así es el pez araña

¿A qué se debe esta masiva presencia en aguas de Cádiz? La respuesta está en el incremento de la temperatura de las playas gaditanas. Si bien se trata de una especie de agua cálida, con las olas de calor de las últimas semanas se ha sentido atraído por las aguas del Atlántico. El pez araña mide unos 30 centímetros y cuenta con una espina venenosa en la parte superior de su cuerpo.

Esta especie suele picar cuando la marea se encuentra baja. Y es complicado que nos percatemos de su presencia, pues se esconde entre la arena, por lo que apenas podemos ver sus ojos y las aletas. Al pisarlo de forma accidental es cuando puede atacar. De esta forma responde cuando el bañista sitúa sus pies donde se encuentra enterrado. Además, y a pesar del peligro de los depredadores, su momento de mayor actividad es por la noche. Por eso cuenta con espinas para defenderse, y con las que provoca su picadura.

Estas espinas, como decimos, están cargadas de veneno. Al esconderse bajo la arena, la principal superficie en la que nos pueden picar es la planta del pie, al apoyarlo mientras nos adentramos en el agua. Un veneno que puede causarnos inflamación, dolor, vómitos y también fiebre. Si nos pica, el principal remedio que podemos aplicar es calor en la zona afectada.

Así, debemos sumergirla en agua caliente (unos 45°C) y retirar las espinas con máxima precaución, sin aplicar torniquetes ni succionar el veneno. En cualquier caso, lo mejor es informar sobre ello para recibir asistencia sanitaria. En función de la cantidad de veneno que reciba el cuerpo, así será el dolor que suframos. Desde Cruz Roja destacan que suele doler más a los adultos que a los niños.

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