Terelu Campos, sobre el acoso mediático a su hija tras el embarazo: “Estoy dolida”

Tras un último mes agitado en el plano familiar y mediático, la última semana ha sido, a todos los efectos, un punto de inflexión en el clan Campos: el miércoles revelaba ¡Hola! que Carlo Costanzia y Alejandra Rubio serían padres de su primer hijo; el viernes se producía el desencuentro de Carmen Borrego en el plató de Así es la vida con el resto de tertulianos, que vino seguido de una ‘espantada’ por el incesante goteo de comentarios sobre su familia —al calor, claro está, de la noticia del embarazo de su sobrina—, y esa misma noche se sentaba Terelu Campos en ¡De Viernes! para ofrecer una entrevista que ya ha trascendido por ser, en sí misma, una auténtica defensa de la postura de su hija.

Hubo cierta polémica en torno a Terelu por aceptar sentarse en televisión y frente a dos periodistas justo dos días después del anuncio. Muchos pensaron que, incluso, y echando atrás la vista hacia el historial de confesiones que ha acogido el formato de Telecinco, aprovecharía la oportunidad para cargar contra su propia hija. Nada más lejos de la realidad. Nada más sentarse mostró la intención con la que afrontaba la conversación: “Vengo con la autorización con la que tengo que venir. De Alejandra y Carlo, ambos”.

“Han sido semanas complicadas”

Aunque una sonrisa iluminaba su rostro, acorde a la bendición que otorga, como no podía ser de otra manera —expresaría más tarde—, el último mes ha sido más difícil de lo que se hubiera podido imaginar. “Ahora estoy más tranquila, han sido semanas complicadas. Parte de lo que me ha ocurrido en mi voz ha sido el silencio, cuando no puedes compartir esto con nadie porque pertenece a la vida de mi hija”, aseguraba.

Tampoco le resultaba ajeno el asunto de su hermana y la acalorada discusión en Así es la vida. Su intención de paz quedó todavía más patente cuando reiteró su apoyo públicamente a Carmen Borrego por defender tan férreamente el clan familiar. “No se puede más y escuchar personas que te quieren, que te han querido, y mentir. No alcanzo a entender la necesidad de mentir y, sobre todo, en un acto público, como es una iglesia”, pronunciaba, con cierto hartazgo. Después se lanzaba de lleno al asunto de su hija.

“Ahora estoy más tranquila, lo peor ha sido el silencio porque hay cosas que no me pertenecen”, ahondaba en la noble idea de callar cuando uno no posee la cremallera. Ahora que puede desabrochar sus palabras siente liberación; y con esa sensación, tan abrupta como reparadora, habló de Carlo, a quien asegura conocer muy poco, pero gustarle lo que de él ha visto, y, con una emoción palpable, de su madre.

Ahí la cuestión: de su madre y de su hija. De cómo habría reaccionado María Teresa Campos al anuncio de Alejandra Rubio. “Le hubiera dado igual que llevaran cuatro meses, le hubiera dado lo mismo, te lo puedo asegurar. Hubiese sido inmensamente feliz”, dice, revelando que la fuente de dicha no es otra que la alegría en el rostro de su niña: “No la he visto con nadie como la he visto con Carlo”. En cuanto a los planes de boda que deslizó su hermana, asegura no conocer nada y cree que el comentario de Carmen Borrego se debe más al deseo que Alejandra Rubio ha mostrado siempre de querer contraer matrimonio que a un plan que ya esté sobre la mesa.

“Hacer lo que dice el corazón”

Y, por fin, abordó la noticia del embarazo en sí misma. Su hija se enteró en un viaje por la zona de Levante: empezó a notar algunos síntomas, Carlo compró un predictor y, para sorpresa de los dos, estaba encinta. “Yo lo sé desde que ella lo sabe”, confiesa Terelu, que reconstruye la particular escena en la que se enteró; volvía Alejandra Rubio de aquellos días, discutió con su madre y, “de sopetón”, se lo dijo. “La veía alterada”, asegura. Desde el primer momento, quiso dejar claro que ella no tenía nada que opinar ni aconsejar; que lo correcto, asegura, es “hacer lo que dice el corazón”.

Para terminar condenó las críticas a su hija por vender la exclusiva de su embarazo “porque todos vamos a ganar en nuestro trabajo con una exclusiva así”, tachando la hipocresía que, a su juicio, rebosa la situación. “No hay un pack. Es mentira, no es verdad. Ha sido una cosa puntual y eso no está firmado ni apalabrado por nadie. Os lo juro por mi madre. No se puede decir que Alejandra Rubio vive de las exclusivas”, agrega, negando rotundamente que se haya vendido más información.

Entonces brota la única mancha en la sonrisa de Terelu, la que procede de los comentarios negativos que sobre su hija recaen por lo el ecosistema mediático que su embarazo, así como la venta del mismo, ha generado. “Estoy dolida. Se puede opinar de todo, faltar el respeto, insinuar, insultar...”, lamenta al percibir que se legitima, a fin de cuentas, cualquier manifestación, por ligera que sea, de odio.

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