JUSTICIA

Tammy Sytch, estrella de la WWE y del cine para adultos, condenada a 17 años de cárcel

La exluchadora de 50 años estaba acusada de conducir bajo los efectos del alcohol y provocar un accidente que se saldó con una víctima mortal.

Durante los años noventa se produjo el primer estallido de wrestling femenino de la mano de pioneras de la disciplina que allanaron el terreno para que nombres como Lita, Trish Stratus o Mickie James triunfaran en los años venideros. Sus primeras internadas en la industria de la lucha libre vinieron influenciadas por un fuerte carácter sexista que les valió el ingreso al ring. Y allí, sobre la lona, vieron el escaparate para lucirse. Una de ellas fue Tammy Sytch, que ahora salta al primer plano mediático tras darse a conocer su condena por un accidente de tráfico que se saldó con la vida de un hombre de 75 años.

En realidad, la leyenda de la WWE lleva en prisión desde mayo de 2022 bajo una acusación por conducir ebria y causar el siniestro en el que murió Julian Lasseter. Tal y como ha dado a conocer TMZ, a Sytch le imputaron ocho cargos, entre ellos el de conducir con el carnet suspendido. Era la sexta vez que terminaba arrestada por ponerse al volante bajo los efectos del alcohol.

La exluchadora ha ido admitiendo a cuentagotas todos los cargos. En un primer momento se declaró inocente de todos, meses después aceptó un acuerdo de condena sin confesar su culpabilidad y, finalmente, esta mismo lunes ha terminado por derrumbarse tras hacerse oficial la condena del tribunal de un condado de Volusia a 17 años de cárcel y ocho de libertad condicional por el homicidio.

Del cine para adultos al Salón de la Fama de la WWE

Entre lágrimas, Sytch quiso dirigirse a la familia Lasseter, presente en el tribunal, para pedir perdón y hacer patente cómo el dolor la consumía por aquel delito que tanto ha tardado en reconocer. “Cuando tenía 16 años solicité entrar en la universidad para estudiar biología y pre-medicina. Quería ser médico. Quería ayudar a la gente en su dolor y sufrimiento, pero lo más importante, quería curar a la gente”, inició, recordando la primera línea del juramento hipocrático, aquella que proclama ‘no haré daño’.

Entonces sacó a colación su crimen. “El 25 de marzo de 2022 hice todo lo contrario, hice daño a otra persona y todo mi ser quedó destrozado. Mi trayectoria profesional tomó un camino diferente al de la medicina, pero mi moral y mi ética siguieron siendo las mismas”, antes de recordar las alegrías que ha repartido durante su carrera, que tantos tumbos dio: pasó no sin sembrar la polémica por el cine para adultos a ser integrada en el Salón de la Fama de la WWE como ‘Sunny Sytch’, la valet y manager que vio el cielo de la industria en WrestleMania XII allá por 1996.

“He hecho algo horrible, pero soy mucho más que lo peor que he hecho. Intento pensar en el bien que he hecho porque cuando pienso en lo que hice a la familia Lasseter aquel trágico día, por una decisión estúpida, siento el arrepentimiento y el remordimiento en los más profundo de mi alma”, se sinceró, reconociendo que sabe “que no pueden descansar sabiendo que él ya no está” y que todas aquellas palabras que estaba derramando en el tribunal no eran suficientes. Y que la estrella que fue durante los años noventa terminaría de tocar fondo tanto tras los barrotes de una prisión.

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