Miguel Assal, experto en emergencias: “Si se te pega la lengua al hielo, no tires fuerte. Podrías arrancarte un trozo”

Aunque no es muy propia del invierno, quedarse con la lengua pegada a un trozo de hielo es una situación que puede haberle ocurrido a más de uno. Al comer un polo, hay quienes se han quedado con la lengua inmóvil, incapaz de moverla ni de paladear el sabor del veraniego postre.

El paramédico Miguel Assal, protagonista de una entrega hace unos meses del pódcast ‘The Wild Project’, contó en su cuenta de Instagram cómo proceder ante un imprevisto para el que no todo el mundo está preparado. De hecho, la primera opción que se le ocurriría a casi cualquiera –tirar de la lengua para separarla del hielo- es, posiblemente, la peor.

“Si se te pega la lengua al hielo no tires fuerte. Podrías arrancarte un trozo”, advierte Assal. Tampoco vale usar agua ardiendo para deshacer el hielo, porque las quemaduras en la lengua podrían ser casi tan peligrosas o más que la propia situación en sí.

Otras alternativas como raspar el hielo tienen también un componente peligroso, porque el paciente puede quedarse también sin un trozo de lengua. ¿Cuál es la solución entonces? Echar algo de agua tibia. “Vierte agua entre la lengua y el hielo y te liberarás”, ha explicado el profesional sanitario.

Claro que, en ese momento, puede darse la situación de que no haya agua de ninguna manera. En ese caso, Assal aconseja abrigar bien la zona del hielo para provocar que se derrita, mientras que el que tiene la lengua pegada exhala el aliento. “La humedad se congela instante y esto pasa porque tu lengua está húmeda”, zanja el paramédico.

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