Isabel Viña, médica, señala los tres hábitos básicos para lograr la longevidad: “Actúa como gatillo”

Desde el rigor científico, la doctora Isabel Viña, conocida por su labor como divulgadora en redes sociales sobre temas de endocrinología y nutrición, acaba de publicar Pon tus hormonas a funcionar, un libro en el que hace hincapié en el papel fundamental del equilibrio hormonal en el cuerpo. En este señala que las hormonas son las herramientas más importantes que tenemos, mensajeros químicos que viajan por la sangre desde una glándula que las produce hasta los tejidos donde tienen que actuar. Una vez allí, se unen a su receptor específico y activan distintas respuestas, como si fuera una llave que encaja perfectamente en su cerradura.

Y, tal como señala en una entrevista con AS, para cuidar de este equilibrio hormonal, es importante adoptar un estilo de vida saludable: “Como decía el genetista Francis Collins: ‘La genética carga la pistola, pero el ambiente aprieta el gatillo’. Los genes son claves en la predisposición y aparición de enfermedades, pero quien actúa como gatillo en la mayor parte de los casos son los hábitos de vida. Es decir, tú naces con unas papeletas para tener ciertas enfermedades, pero si además tu estilo de vida no te ayuda, irás sumando más papeletas y las probabilidades de desarrollar enfermedad serán más altas”.

“El cuerpo prefiere la constancia a tres días buenísimos y cuatro malos. Que lo que hagamos, por pequeño que sea, sea más saludable: ejercicio, verduras, frutas, frutos secos, legumbres… Y, si la vida lo permite, intentar seguir los ritmos de luz natural”, añade la doctora.

Cambio de hábitos

Para Viña, hay tres hábitos clave que cualquier persona puede adoptar para empezar a cuidar su sistema hormonal: “En primer lugar, hacer ejercicio físico: todo suma. Un minuto de actividad es mejor que nada. En segundo, consumir fibra (en verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y frutas) y la adecuada proteína, especialmente esto último conforme envejecemos porque nos hacemos resistentes a la acción anabólica de la ingesta de proteínas y, por tanto, para mantener la misma síntesis de proteínas musculares y en general del cuerpo necesitamos ingerir más proteínas, precisamente lo contrario que se suele hacer, ya que nuestro cuerpo se vuelve más ineficiente en el uso de las proteínas que ingerimos en las comidas. E intentar dejar las pantallas media hora al día y conectar con las personas de alrededor para forjar relaciones interpersonales fuertes”.

Además, Viña ve oportuno el uso de suplementos o terapias hormonales para mejorar la salud: “Cuando están indicadas, mejoran mucho la calidad de vida de las personas. Su utilidad está más que establecida bajo estas premisas, y es necesaria la reevaluación continua de su necesidad para ir ajustando el tratamiento en función de las diversas situaciones que plantea la vida. Nada en la salud es estático: somos máquinas de adaptación y dinámicas”.

“¿Cuándo son útiles y cuándo se abusa de ellas? Es una pregunta amplia y complicada de contestar, porque hay múltiples terapias y ejes hormonales que cubrir. Lo mejor es mantener la máxima de que un profesional médico valore, junto con el paciente, la indicación y que siempre se opte por la dosis eficaz que permita (sin deteriorar la salud presente ni futura) mejorar los síntomas o signos que presenta”, concluye.

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