El experto en felicidad explica cómo eliminó su gran vicio: “Ahora no bebo nada, y resulta que es más fácil levantarme”
Arthur Brooks, de la Universidad de Harvard, ha revelado cómo pasó de ser un noctámbulo y acostarse tarde a madrugar todas las mañanas.
Arthur Brooks es profesor de la Universidad de Harvard y uno de los mayores especialistas del mundo en psicología positiva. Y aunque es un divulgador muy conocido, pocas personas saben que antes de dedicarse a la docencia tuvo una profesión muy diferente: músico. De hecho, llegó a vivir en vivir en Barcelona, donde conoció a su actual mujer.
Este trabajo le llegó a hacer creer que era un noctámbulo, que sus ritmos circadianos le predestinaban a ser una persona que se acostaba siempre tarde y que rendía mejor en horarios vespertinos o nocturnos. Sin embargo, confiesa que pudo cambiar este sentido de la vida y pasarse con facilidad a despertarse temprano.
¿Cómo lo hizo? A base de hábitos. Aunque está extendida la creencia de los que los ritmos circadianos o el cronotipo son algo inamovible, lo cierto es que, en realidad, dependen de los hábitos. Y el que a él le venía muy mal era beber por la noche mientras trabajaba. “Solía pensar que era un búho”, dice.
Y se convirtió en alondra
Y de búho pasó a alondra, esas personas que se despiertan muy temprano y rinden mejor por las mañanas. Porque, aunque esta característica personal vienen determinada en un 50% por la genética, se puede influir en ella a través de otros factores.
“Durante muchísimo tiempo no vi el amanecer. Hasta bien entrada la veintena, me ganaba la vida como músico profesional y me levantaba cuando el sol calentaba. Me acostaba tarde, y siempre me he considerado noctámbulo. Simplemente, era un músico que bebía demasiado. Ahora no bebo nada, y resulta que me resulta más fácil levantarme”, explica en una publicación en redes sociales.
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Dejar ese hábito de beber alcohol fue lo que ayudó a cambiar sus ritmos circadianos, ya que este influye en el sueño. “Uso despertador todos los días. Esta mañana sonó a las 4:30 y no me gustó. Dije: ‘Cómo me gustaría poder dormir más’. Pero empezar bien el día es fundamental, ya que es la primera batalla para combatir el malestar y mejorar mi bienestar. Fue tan efectivo que salté de la cama como siempre”, añade. “Una de las razones por las que la gente no consigue irse a la cama, sobre todo a los veinte años, se llama procrastinación nocturna. Se trata de un fenómeno en el que uno se rebela contra sí mismo, especialmente en la juventud. Piensa en lo que realmente te motiva y podrás gestionarte mejor”.
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