Rocío Flores rompe con su novio tras seis años de relación

Rocío Flores y Manuel Bedmar han roto la relación sentimental que mantenían desde hace seis años. Así lo desvela la revista Semana en exclusiva, alegando que la causa que deslizan desde el entorno de la pareja es el desgaste que han sufrido, por lo que no habría involucradas terceras personas. Según el medio, la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores se habría desenamorado del que hasta ahora ha sido su novio, entre otras cosas, por la distancia y por los deseos para el futuro de uno y otro.

Y es que a pesar de que se compraron juntos una casa en Málaga en 2020, y de que parecían una de las parejas más consolidadas de la crónica rosa, han encontrado diferencias que han terminado siendo insalvables. Semana apunta en este caso a que la intención de Bedmar sería la de continuar residiendo en Málaga como hasta ahora, mientras que Rocío habría descubierto que se encuentra más cómoda en Madrid con la vida y las amistades que le permite y con la facilidad que le ofrece para trabajar en televisión.

Así, el carácter familiar de Manuel Bedmar y sus planes de futuro en la Costa del Sol han chocado con las aspiraciones y deseos de una Rocío que estaba plenamente integrada en la familia de su novio, especialmente con su cuñada más pequeña. También Manuel había sido muy bien acogido en el seno de los Flores, y han sido muchos los encuentros que han tenido y que han dejado ver en las redes sociales.

Precisamente ahí encontramos uno de los detalles que podrían explicar este triste desenlace. Rocío Flores no publica una fotografía junto a Bedmar desde el pasado mes de julio, cuando compartió un vídeo presumiendo del tratamiento dental al que se había sometido en Madrid. Además, ya no se siguen en Instagram y después de pasar por quirófano para un aumento de pecho decidió quedarse en casa de Olga Moreno, lo que ahora, con los detalles que ha aportado su entorno, evidencia el distanciamiento que ya existía en la pareja.

Un tatuaje con menos de un año de vida

El pasado mes de julio Rocío y Manuel se ponían en manos de un tatuador para conseguir una muestra de amor para toda la vida. Ella se tatuó la palabra ‘Vive’ en la muñeca y luce la mitad de una frase en italiano a medias con su chico: “Que todo fluya y nada influya”. Él, por su parte, decidió llevar para siempre el nombre de su novia tatuado en la piel en la frontera entre el abdomen y el pubis, pero tan solo unos meses después lo que pensaban que sería para toda la vida ha terminado rompiéndose.