Qué fue de Helena Christensen: de su vídeo subido de tono a la gloria
La danesa marcó una época en las pasarelas junto a otras supermodelos como Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford o Carla Bruni.
Mito indicutible de los noventa, la historia de Helena Christensen está ligada a un momento especialmente próspero para la industria de la moda en el que las grandes firmas, inspiradas en tendencias de nuevo cuño, supieron responder con unos diseños que calaron hondo y que de manera cíclica vuelven actualizados y reinterpretados.
Pero gran parte del éxito que cosecharon esas firmas, y su influencia actual, se la deben a un grupo de mujeres elegantes que destilaban naturalidad y confianza sobre la pasarela. Hasta tal punto que su fama trascendió más allá del mundo de la moda: coparon portadas de infinidad de publicaciones, protagonizaron campañas publicitarias hasta la saciedad y llegaron incluso a coquetear con la industria cinematográfica.
Claudia Schiffer es probablemente la modelo más icónica y famosa de aquella época y posiblemente de la historia, pero Naomi Campbell, Cindy Crawford, Carla Bruni, Christy Turlington, Elle Macpherson o Linda Evangelista forman parte de ese grupo de elegidas que dominaron las pasarelas. También Helena Christensen, cuya historia está salpicada también de momentos dramáticos y otros más desconocidos.
Nacida en Copenhague el 25 de diciembre de 1968, comenzó su meteórica carrera a la fama tras proclamarse en Miss Dinamarca a los dieciocho años de edad. Elite Models la reclutó en 1997 y a partir de ahí comenzó a trabajar para las principales firmas y a protagonizar numerosas publicaciones. En su caso, también debe buena parte de su fama a Chris Isakk, ya que contó con ella para el vídeo de su inolvidable ‘Wicked game’ (1989) en el que la danesa explota su lado más erótico.
La década de los noventa también estuvo marcada por sus relaciones, viviendo momentos dramáticos y de extrema felicidad. El 22 de noviembre de 1997, el líder de la banda INXS, Michael Hutchence, era encontrado sin vida en el Hotel Ritz Carlton de Sídney y se da la circunstancia de que entre 1991 y 1995 protagonizó un mediático romance con la modelo, que lloró la muerte de su expareja a la que de vez en cuando rinde homenaje en sus perfiles sociales.
Poco después del fallecimiento del cantante australiano, Helena Christensen encontró el amor junto a Norman Reedus mucho antes de que este siquiera imaginara que se convertiría en una estrella gracias a su papel de Daryl Dixon en ‘The Walking Dead’. En 1999 dieron la bienvenida a su hijo Mingus Lucien, que en la actualidad sigue los pasos de su madre en el mundo de la moda, aunque la relación entre ambos llegó a su fin en 2003.
La llegada de Mingus supuso la desconexión paulatina de Helena Christensen del mundo de la moda hasta que en 2002 anunció su retirada. Desde ese momento la danesa ha dado rienda suelta a otros proyectos profesionales como la apertura de una tienda de antigüedades en Manhattan o la fundación de Nylon, una revista que actualmente ha pasado a ser un proyecto digital.
De igual forma, Christensen creó su propia línea de ropa, Christensen & Sigersen, con su amigo Leif Sigersen y ambos llegaron a abrir también una tienda (Butik). Poco conocida además es su faceta como fotógrafa profesional que le ha llevado a trabajar con importantes revistas o a exhibir su obra en varias exposiciones.
Por si fuera poco, la danesa también es directora creativa de la marca de perfumes strangelove nyc y colabora activamente con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Así pues, Helena Christensen no puede decir que no se mantenga ocupada a pesar de haberse alejado de las pasarelas. A sus 53 años tiene proyectos e intereses para dar y regalar.