TELEVISIÓN
Karlos Arguiñano se disculpa con la audiencia: “A veces nos calentamos más de la cuenta”
El cocinero ha aprovechado el último programa de la temporada para pedir perdón por aquellos comentarios que han podido resultar ofensivos.
Uno a veces prefiere las despedidas para sincerarse. El perdón goza supuestamente de una eterna bienvenida y, se dice, es lo único que carece de tiempos: nunca es tarde para pedirlo. Quizá por ello, quizá porque le nació sin más explicación que la del propio cuerpo pidiendo exteriorizar un mensaje, Karlos Arguiñano decidió despedir este domingo la temporada de su programa de Antena 3 con un mensaje que rubricó con sus arterias coronarias.
“Yo siempre que termino las temporadas suelo pedir excusas, porque uno aquí, todos los días, solo, hablando y hablando...”, allanaba el terreno, como cuando alguien que nunca pregunta ‘qué tal’ se dirige a un conocido suyo para interesarse por su su estado de ánimo. Luego se abría, poco a poco: “Soy consciente de que en más de una ocasión pues habré dicho cosas que igual han molestado a alguien”.
“Siempre he sido hablador, seguiré hablando”
Habiéndolo dicho, el resto era coser y cantar. Cuando uno se disculpa, habiendo confesado ya, el resto cae por su propio peso. “Pido perdón, pero de corazón. Pido perdón de corazón si he dicho cosas que hayan molestado a alguien”, reiteraba, aclarando que, por supuesto, aunque poca gente lo dudase, esto no significa que vaya a dejar de hablar porque seguirá, como siempre, como acostumbra, hablando mucho.
“Además, siempre he sido hablador, así que seguiré hablando. Pero si a alguien le he molestado con alguna conversación o algún comentario que yo haya hecho durante este año, pues le pido perdón de corazón”, insistía, pidiendo entre líneas que, cuando regrese su próxima temporada, nadie le haya enfrascado el rencor y guardado en el estante de las especias.
En cuanto a la explicación que da de aquellos comentarios que han podido picar —de ahí que haya gente que los guarde junto al curry— aclara que no tiene “nada contra nadie”. Por ahí no van los tiros. “Otra cosa es que, según van pasando las cosas, los días, las noticias... pues uno se va calentando a veces, y a veces no calentamos más de la cuenta”, expresaba, como aquel que, con una sonrisa cómplice, levanta el sombrero al despedir un coche que se pierde en la lejanía.