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Joaquín Torres, sobre el trabajo en casa de Penélope Cruz y Javier Bardem: “Las visitas de obra eran terribles”

El llamado ‘arquitecto de los famosos’ acusa a los intérpretes de caprichosos y de exigir una confidencialidad que rozaba lo enfermizo.

Hace escasos días, Joaquín Torres se dirigía a sus seguidores de Instagram con un preocupante vídeo. Yacía en la cama de un hospital, con vías y vendas: había sido arrollado por un coche mientras salía con su moto del garaje, terminando con “la pelvis rota por varios lugares, el antebrazo facturado, una lesión de hígado y pulmonar”. Ahora sale a la luz una entrevista que grabó días antes del accidente en la que habla, completamente sano, sobre una de sus experiencias más llamativas en su carrera como arquitecto. El escenario fue, nada más y nada menos, la casa de Penélope Cruz y Javier Bardem.

Ha sido en el programa Col·lapse, de TV3. Y hacía referencia al lugar que escogieron los dos actores para cimentar su hogar familiar: una villa prefabricada en San Agustín de Guadalix, en la urbanización madrileña de Valdelagua. El encargado de diseñar y gestionar el levantamiento de la vivienda fue el propio Joaquín Torres, que recuerda esos días como poco menos que un infierno laboral.

“Se creen que tienen el derecho”

Según ha contado, los intérpretes estaban obsesionados con la confidencialidad. “No es que fueran exigentes, porque exigentes son todos los clientes. Ellos me responsabilizaban a mí de lo que salía en la prensa de ellos”, revela Torres, que añade algunos detalles de un secretismo que él considera exagerado: “había que vaciar la casa para que nadie pudiera verles. No puedes ser los actores oscarizados de este país y que no salgas en ningún lado”. Esto es lo que le llevaba hasta la exasperación: “las visitas de obra eran terribles”.

Además, el llamado ‘arquitecto de los famosos’ recuerda lo caprichosos que podían llegar a ser con una anécdota. “Habían escogido una madera de 30 centímetros de Porcelanosa. El tono era blanco, mate, roto”, inicia su relato. Y viene a concluirlo con que todo se torció por un cambio de pensamiento sobre su propia decisión: “cuando estaba todo puesto, no les pareció bien y yo les dije que el tono era el que habían elegido. Se tuvo que cambiar toda la madera de la casa para poner otra”.

Su crítica hace hincapié en la actitud que ambos mostraban con detalles como llamadas a las cinco de la mañana para hablar de la obra. “Se creen que tienen el derecho, que te están haciendo un favor”, comenta.

Llueve sobre mojado

Y es que no es la primera vez que habla públicamente de cómo fue trabajar para ambos. Hace unos meses hizo lo mismo en Espejo Público, recibiendo por ello un burofax en su propia casa de parte de Penélope Cruz y Javier Bardem.

Ya entonces explicó su disgusto. “Con ellos lo pasé realmente muy mal. Fui yo el que decidí no terminarles la casa. Fue una pareja muy complicada. No porque fueran exigentes, que lo son todos los clientes, sino porque me responsabilizaron a mí de lo que salía en la prensa sobre ellos, de chivarme”, zanjó en el mismo momento en el que hizo público el mensaje que los actores le habían dedicado. Ni se calló entonces, ni se ha callado ahora.

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