Javier Ruiz denuncia la presencia de ‘matones’ en la puerta de su casa y amenazas

Lamentablemente vivimos en una sociedad en la que la libertad de expresión se castiga. Sobre todo cuando las opiniones que se vierten o las informaciones que se trasladan no comulgan con la ideología de según quién. Y eso es precisamente lo que le sucede a Javier Ruiz, periodista de la Cadena Ser y presentador de ‘Las Claves del siglo XXI’ en La 1, que ha relatado en ‘Buenismo Bien’, espacio conducido por Manuel Burque, Quique Peinado y Henar Álvarez, el acoso que sufre por su hacer trabajo.

“La libertad para expresar y la libertad para acosar no son lo mismo”, asegura Javier Ruiz en referencia a cuando reporta a Twitter, sin éxito, alguna de las amenazas, incluso de muerte, que recibe sobre todo cuando el centro de sus críticas o informaciones es Vox, el partido de Santiago Abascal. “Si le pegas a la izquierda, estás salvado”, señala.

“Ahora lo que hacemos es periodismo de trinchera. Los nuestros no se equivocan nunca, son unos tíos a los que hay que beatificar, y los de enfrente hay que lapidarlos. Y ocurre que cuando tú eres mínimamente crítico, por ejemplo, con Vox lo que te viene es que Vox te señala. No te señalan simpatizantes de Vox, que también, te señala Santiago Abascal y el partido que tienen dinero público. Es decir, con mi dinero me ponen a mí una estrella de David para que si tiene que haber un linchamiento ya sepamos dónde ir. Esto está pasando y a mí me escandaliza”, añade el periodista.

Además, cuando ese tipo de señalamientos se producen, desatan una reacción en cadena. “Cuneta Javier, vigila donde te tomas el café que quizá alguien te da el sustito” o “a Javier Ruiz hay que colgarlo de un pino”, son alguno de los tuits que se pueden leer en redes sociales y que describen a la perfección tanto la impunidad como la presión a la que se ve sometido.

De hecho, el periodista ha denunciado que desde algunos programas se ha llegado a difundir, “cortesía de algunos que se llaman compañeros”, la dirección de su casa. “He llegado a encontrarme a dos simpáticos jóvenes nazis en la puerta de mi casa esperando para romperme la cara”, ha explicado Ruiz, que entiende su profesión como un “contrapoder” necesario frente a algunas formas de hacer política..