Franco Berrino, médico epidemiólogo, sentencia esta bebida típica de España: “Solo de vez en cuando”

De todas las voces autorizadas en el mundo de la medicina y la epidemiología que se escuchan en el siempre denso ecosistema digital, la de Franco Berrino, quien fuera director del Departamento de Medicina Preventiva y Predictiva del Instituto Nacional de Tumores de Milán, ha adquirido una considerada dimensión en redes sociales. El experto de 81 años, reconocido por sus investigaciones y promociones de la prevención del cáncer y enfermedades crónicas, se ha convertido en un auténtico gurú que fomenta la longevidad saludable a través de las nuevas plataformas.

Y por ello todos buscan a Berrino. Sus palabras, que resuenan desde sus perfiles en redes, guían con recomendaciones nutricionales a cada vez más personas. Fuera de la pantalla, cuando concede alguna entrevista, también es preguntado por lo mismo; sus respuestas son fusionan la sabiduría y la experiencia con maestría. Esto mismo ocurrió, por ejemplo, cuando en una reciente entrevista que concedió a El Mundo fue preguntado por lo que él entiende como ‘desayuno perfecto’.

Las claves para empezar el día

Lo cierto es que el epidemiólogo fue contundente. “Para el desayuno yo recomiendo muesli, tortas de garbanzos, kéfir, fruta cocida, semillas, tostadas, pan, té verde, infusiones...“, contestó, a modo de enumeración, contando todas aquellas opciones que resultaban buenas para iniciar el día. Dibujó pocas líneas rojas, pero las hubo: ”Nada de azúcares añadidos".

Luego apuntó directamente a una de las bebidas más consumidas por los españoles durante los primeros compases de la jornada. “El café sí, pero solo de vez en cuando, que crea adicción...”, aseguró, tajante. En cuanto al almuerzo, recomendó “cereales integrales, legumbres y verduras”, como “cuscús con vegetales mixtos, puré de habas con achicoria, cebada perlada con lentejas negras y verduras al horno, tortillas de garbanzos”.

El médico, que aconseja siempre emplear “productos de la tierra”, desliza un último consejo en lo que a la carne respecta. “La ciencia es clara. Como todos los alimentos de origen animal, se debe consumir con prudencia”, dice. Y ya es el consumidor quien, con todas las cartas sobre la mesa, arma el puzle de su desayuno perfecto.

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