Mayte Zaldívar actualiza el estado de salud de Julián Muñoz: “No se va a morir”

Los últimos meses de Julián Muñoz han estado marcados por la fría sombra del cáncer y el calor incesante de su familia en el que saben que es, con diferencia, el momento más duro de su vida. Tras el drama de la pasada primavera y la aparente tregua estival, el exedil de Marbella volvía a ser noticia tras ingresar de nuevo en el hospital. Los testimonios procedentes de su entorno han sido desoladores en los últimos días, extendiendo la incertidumbre y el temor sobre la figura de Muñoz; no obstante, durante este viernes se ha producido un giro de 180 grados que parece anteponer el optimismo a la crudeza de las pasadas jornadas.

Primero fue su hija Elia quien, desde la puerta del centro sanitario, adelantaba que “muy poquito a poco va mejorando” y que “está un poquito más animado”. Luego tomaba la palabra Mayte Zaldívar y, frente a los micrófonos de Europa Press, confirmaba, a pesar de haber vivido “una montaña rusa” de sensaciones, las buenas nuevas sobre su salud: “Sigue un poquitín mejor, le están haciendo pruebas y no os puedo decir mucho más”. En pocas palabras, “no se va a morir”.

Se sinceró acerca de las especulaciones de las últimas horas y restó credibilidad a la cara negativa de la rumorología. “Vino un párroco porque es amigo de la familia y nada más. Y vino su abogado porque, a parte de ser su abogado, es amigo, pero no hay que alarmarse. Vinieron amigos porque ayer estaba un poco mejor y dijimos que podría recibir alguna visita y ya está”, decía, señalando también que hoy iría menos gente a visitarle “porque está un poco cansadito y anoche estaba muy cansado y se quejaba de que estaba muy cansado, pero no pasa nada”.

“Nos quiere mucho, pero él se quiere poco”

En horario vespertino ha conectado en directo con Y Ahora Sonsoles para repetir el mensaje tranquilizador que ya había avanzado por la mañana. “Va a ir despacito, pero tenemos mejores noticias de los médicos. Ha ido al hospital para recuperarse, no para morirse”, expresaba contundente, mostrándose optimista ante el incierto futuro: “Esta enfermedad es muy mala, muy traicionera, no se la deseo a nadie, pero estamos luchando todos, él también; sobre todo que tenga una vida... No sé el tiempo que va a tener, pero que lo tenga dentro del cariño, que no lo pase mal y que disfrute de esta vida que Dios le quiera regalar”.

Visiblemente emocionada, repetía que “hoy está un poco más animado”, que “se agacha de vez en cuando”, aunque “no quiere comer ni beber”. Con los ojos vidriosos y un tono cariñoso resumía en una frase los pensamientos que se cruzan en la cabeza del exedil durante estos difíciles días: “Nos quiere mucho a los demás, pero él se quiere poco”.

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