La delicada relación de Daniel Sancho y Silvia Bronchalo, un año después de su detención

Daniel Sancho continúa en prisión provisional en la cárcel tailandesa de Koh Samui donde en apenas unos días cumplirá un año entre rejas a la espera de conocer la sentencia por el asesinato y desmembramiento de Edwin Arrieta. Una resolución que se dará a conocer a finales de este mismo mes de agosto y que podría llevar al joven español a cadena perpetua, pena de muerte -vigente todavía en el país asiático- o a la absolución.

La Fiscalía mantiene a día de hoy las tres acusaciones contra el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo: asesinato con premeditación, ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena, es decir, del pasaporte del cirujano colombiano. El acusado, quién en un primer momento confesó el crimen ante la Policía de Tailandia, se declaró después únicamente culpable del descuartizamiento de la víctima alegando que la muerte se debió a un accidente ocurrido durante una pelea donde habría intentado defenderse de una supuesta violación.

Doce meses en prisión provisional

Pero, ¿cómo se encuentra Daniel Sancho? ¿Cómo es su día a día en prisión? ¿Continúa teniendo vínculo alguno con su familia? Watcharapong Boonsaior, director de la cárcel de Koh Samui, explica en el programa ‘Espejo público’ que el español se ha refugiado en el deporte y en la meditación para sobrellevar la vida entre rejas, y que es un gran consumidor de “comida a domicilio” que pide gracias al dinero proveniente de su familia.

Si bien la relación entre Daniel Sancho y sus padres no era demasiado fluida antes del crimen, lo cierto es que ni Rodolfo ni Silvia han soltado la mano a su hijo en ningún momento. De hecho, es el actor el encargado de pagar y gestionar el equipo legal encargado del caso, mientras que su expareja no deja de enviar dinero al joven para subsistir en prisión.

A pesar de esto, el vínculo entre madre e hijo se ha resquebrajado en los últimos meses, tal y como reconoce el entorno más cercano de Daniel Sancho en declaraciones recogidas por Vanitatis. Una situación que pone especialmente triste a su abuela Noela Aguirre, a la que sí llama “mami”. “Apenas se hablaban Silvia y él, y en las primeras visitas de ella a la cárcel de Koh Samui, esa relación estalló definitivamente”, afirman.

“Él cree que todo esto le ha perjudicado de cara a la sentencia de su propio caso. Al margen de que le parece una aberración que su madre haya abierto un proceso judicial paralelo, mientras él está esperando una sentencia que le podría condenar a muerte”, añaden desde el citado medio.

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