Cambia el café por el té verde durante un mes y estas son las consecuencias del cambio tan favorable para el cuerpo

El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, conocida por su capacidad para estimular y aumentar los niveles de energía. Sin embargo, algunas personas están decididas a cambiar el café por té verde debido a sus beneficios percibidos para la salud.

El té verde, una bebida rica en antioxidantes y compuestos bioactivos, ha ganado popularidad en los últimos años por estos supuestos beneficios para la salud. Por lo que una redactora de Vogue decidió sustituir el café por esta bebida y contar qué sintió tras realizar este cambio.

“Nunca fui la típica ‘adicto al café’, pero dos o tres tazas ya formaban parte de mi rutina diaria. El primero por la mañana, el segundo después de comer y otro por la tarde si es necesario. No era un consumo excepcionalmente alto, pero me hizo sentirme alerta, inquieta y un poco temblorosa”, cuenta María Goldbach. “Había leído muchas veces en las redes sociales e Internet que el té verde era la alternativa más saludable al café, y mi investigación reveló toda una lista de beneficios que me animaron a comenzar este nuevo experimento”.

La prueba

La redactora explicó que para ella llevar a cabo este experimento fue sencillo, ya que le gustaba el té verde. “En los primeros días, todavía echaba de menos el sabor más intenso del café, que siempre me hacía pensar ‘estás a punto de despertar’. Pero después de una semana, me acostumbré a mi nueva bebida caliente y bebí mis tres tazas al día”

“Lo primero que noté es que mis niveles de energía parecen más ‘equilibrados’. Tampoco tengo problemas para conciliar el sueño por la noche (normalmente tomo mi última taza de té alrededor de las cuatro de la tarde). Cuando tomaba café por la noche, a veces tenía problemas para conciliar el sueño. Lo que también noto es que tolero mejor el té verde. Como me gusta tomar una bebida antes de comer, mi café de la mañana me ha provocado acidez de estómago en algunas ocasiones; esto no sucede con el té verde”, explica la periodista.

Y añade más efectos positivos: “Me siento menos temblorosa y puedo concentrarme mejor durante el día. De hecho, también siento que mi apetito voraz, que siempre aparece a más tardar por la tarde, ha disminuido y por eso no estoy pensando constantemente en el próximo refrigerio”.

“Después de un mes, puedo decir que soy fan del té verde. En conjunto, todos estos factores me hacen sentir más equilibrada, relajada y, al mismo tiempo, alerta. Ya no puedo imaginar mi rutina sin té verde. Aunque dejé el café por completo durante el primer mes, en el futuro seguiré tomando café de vez en cuando si tengo ganas. Al fin y al cabo, lo importante es divertirse y, para mí, una taza de café sigue formando parte de mi rutina dominical”, zanja.

Las diferencias

Cambiar el café por té verde puede tener varios beneficios para la salud, como una mayor protección antioxidante, un impulso de energía más suave, mejor digestión y un posible apoyo en la quema de grasa. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el té verde no está completamente libre de efectos secundarios, y la cantidad de cafeína, aunque menor, sigue teniendo un impacto en algunas personas.

En última instancia, la decisión de cambiar el café por té verde dependerá de las necesidades y preferencias individuales de cada persona. Si el objetivo es reducir la ingesta de cafeína, mejorar la digestión o aprovechar los antioxidantes, el té verde puede ser una excelente opción. Sin embargo, si lo que se busca es un aumento inmediato de energía o un impulso intenso de cafeína, el café sigue siendo la opción preferida para muchas personas.

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