‘Bake Off: famosos al horno’: Ana Boyer gana con una tarta al estilo James Bond

Isabel Preysler no puede quejarse del talento culinario que tiene en casa, y es que sus dos hijas pequeñas han ganado sendos programas de cocina en La 1. Primero fue Tamara Falcó quien se impuso en la cuarta edición de MasterChef Celebrity y ahora es la menor de todos, Ana Boyer, a la sazón, la hija del superministro de Economía socialista, quien se alza con el título a mejor pastelera VIP tras vencer en la final de Bake Off: famosos al horno.

Boyer, esposa del tenista Fernando Verdasco, se impuso en la final emitida anoche por TVE, luego de superar a Rocío Carrasco (hija de la cantante Rocío Jurado y del boxeador Pedro Carrasco) y al cantante Blas Cantó en la última prueba, y después de dejar atrás en el test anterior a la modelo Alba Carrillo. La hija de socialité ganó 150.000 que destinará a la ONG Mensajeros de la Paz, del padre Ángel.

Para estas últimas pruebas, donde los cocineros Paco Roncero, Damián Betular y Eva Arguiñano proponían los desafíos, conducidos por Paula Vázquez, los concursantes estuvieron acompañados por todos los aspirantes de esta edición: Marc Clotet, Pablo Puyol, Manolo Sarriá, Julio Iglesias Jr, Julio Salinas, Patxi Salinas, las Azúcar Moreno, Yolanda Ramos y Terelu Campos.

Así fue el último programa

La primera prueba tuvo a los cuatro como participantes: Ana Boyer, Blas Cantó, Rocío Carrasco y Alba Carrillo. Aquí tuvieron que hacer una tarta espejo en dos horas y lo cierto es que estuvieron muy igualados.

Ana Boyer, veloz y pulcra en sus presentaciones, fue la primera en mostrar el resultado, “superbien logrado, cremoso y con buen balance aunque reservado para los amantes del pistacho”, que fue el ingrediente por el que apostó con forma de nube. Cantó, por su parte, se decantó por un postre de frambuesa y avellana, con un “fenomenal juego de texturas maravilloso”, mientras que la exmujer de Feliciano López presentó un homenaje al espacio hecho con cacao y mango, con “un núcleo errado, con buen sabor”, pero que no era lo que habían pedido. Rociíto, por otro lado, mostró unas “texturas perfectas pero mejorables”.

Para la segunda prueba a los aspirantes se les pidió que hiciesen una tarta con base de pasta choux rellena y cinco profiteroles de decoración rellenos y todo ello con forma geométrica. El reto se complicaba tanto que Alba Carrillo hizo chanza al respecto: “¿Algo más? ¿A la pata coja?”.

Precisamente la modelo fue la eliminada en esta prueba, tras varios contratiempos que ella misma reconocía, como haber tenido que volver a empezar después de equivocarse con la cantidad de azúcar necesaria o con el segundo relleno, lo que también retrasó su elaboración. Justo todo lo que contrario que le ocurría a Ana Boyer, quien trabajaba de nuevo de manera exquisita hasta el punto de que le sobraba el tiempo con su círculo perfecto.

Blas Cantó, por su parte, presentó una tarta con relleno “muy rico y un punto de limón acertado”, y Rocío Carrasco apostó por un cuadrado cuyo relleno tampoco terminaba de convencer al jurado.

Ya solo quedaban tres para la finalísima, con un postre en homenaje al cine, a la película favorita de cada uno: Rocío Carrasco, Ana Boyer y Blas Cantó. De nuevo, la hija de Isabel Preysler era la que iba mejor de tiempo y apostaba por una tarta a lo James Bond con una ornamentación “muy elegante pero falta de colores y brutal a nivel gustativo”. A Blas Cantó le afearon también la parte visual de su tarta, que por dentro sí estaba perfecta, y a la Moulin Rouge de la hija de la más grande la definieron como “valentía, locura, genial en la base, aunque falta de relleno”. Una combinación que dejó, sin dudas para el jurado, a Ana Boyer como ganadora.

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