POLÍTICA

Almeida se confiesa: sexo, drogas y su mujer ideal

El alcalde de Madrid se encuentra ya en plena precampaña, y ha dado una entrevista a ‘El Español’ hablando de su lado más personal.

José Luis Martínez Almeida (Madrid, 17 de abril de 1975) no es “un bicho raro”. Así se ha autocalificado el propio alcalde de Madrid en una entrevista a El Español, donde ha hablado de su lado más personal, desde el sexo hasta las drogas pasando por el perfil de su mujer ideal, a la que todavía espera.

El político, quien ya parece encontrarse en plena precampaña no oficial, apuesta por el sexo romántico, más que por el lúdico. “Yo creo que es mucho mejor como romántico. ¿Es incompatible el lúdico y el romántico? No. Pero si me das a elegir, el romántico”, dice. No obstante, confiesa que también ha probado el lúdico: “Sí, sí. Bueno, que no soy un bicho raro. O no tan raro”.

Su mujer perfecta y su desmentido sobre Tamara Falcó

Eso sí, para conquistar a Almeida hay que cumplir unas características muy precisas: “Más morena que rubia. Tiene que tener sentido del humor. Si no me río, mantener una relación es complicado. Es fundamental. A partir de ahí, oye, podrías tú decirme: ‘¿Tiene que ser religiosa por tu formación?’. No, tampoco. Lo que tenemos que ser es buenas personas”, explica.

Asimismo, para Almeida no sería un problema que esta mujer estuviese divorciada: “Si te enamoras, te enamoras”. Pero no le gustaría que ya hubiera sido madre: “No, te lo reconozco. Pero no porque los haya tenido con otro, ¿eh? Si no por si yo estoy preparado”.

Con sus ideales políticos es un poco más tolerante y confiesa que podría ser de izquierdas. “Sí. Además de verdad, ¿eh? Te quiero decir: dejémoslo en rosadita. Roja, roja, no, rosadita”. Eso sí, que no vote a Podemos: “Podemita lo veo más complicado, porque en una relación tienes que tener puntos de vista en común. Valores en común”. “Hasta socialista podemos llegar”, añade.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a su llegada a una prueba de combustible 100 % renovable organizada por Repsol, a 17 de marzo de 2023, en Madrid (España). Diego Radamés Europa Press

Sobre los rumores que dicen que el alcalde de Madrid habría podido quedar con Tamara Falcó, dando un giro inesperado a su historia de amor con Iñigo Onieva, el popular lo desmiente tajantemente. “Nos conocemos, solamente. No, nos conocemos y tal, pero no hemos quedado”.

Un corazón roto

El alcalde se ha abierto tanto en canal que ha llegado a confesar que le han roto el corazón más de una vez y le tiene mucho miedo a eso: “Ya he pasado por ahí. Me da miedo que me hagan daño, de verdad. Me han roto el corazón varias veces. Varias chicas de las que he estado muy prendado y que al final, nada”.

Y da la clave de cómo superar el desamor: “Con tiempo. Y amigos. Pero si de verdad tú has querido, si de verdad tú has estado enamorado…, eso solo te lo puede curar el tiempo. También está el camino corto de ‘una espina saca a otra’ o ‘un clavo saca a otro clavo’. Creo que eso no da resultado”.

Almeida cuenta que tenía novia cuando era joven, pero que la relación se rompió por priorizar el sacarse las oposiciones. “Echas la vista atrás y dices: sí, me mereció la pena sacar la oposición, pero te queda el sentimiento de no saber si merece la pena…, tener tanta frialdad. Conseguí lo que quería, que era la oposición, sí, pero ¿y ese ejercicio de frialdad…? Buf”.

José Luis Martínez-Almeida en las Fallas.Manuel Queimadelos AlonsoGetty

Su cita ideal

Para Almeida, su cita perfecta sería en la ciudad de la que él es alcalde, y comenzaría de manera deportiva. “Hay que tener aficiones comunes, ¿no? Pues mira, empezamos corriendo o trotando por el Retiro. Que está maravilloso. Oye, un poquito de deporte. Luego ya vendrá…”.

“Primero en El Retiro, temprano, disfrutando de la luz en esos momentos, de cómo te va abriendo el parque. Luego ya te tienes que ir. Te lo has ganado. Te das tu paseíto tranquilamente hacia el Madrid de los Austrias, que además desde el Retiro no tienes demasiado y te tomas un buen aperitivo”, prosigue. El lugar escogido para este sería cualquiera de la Cava Baja. “Porque en eso es un lujo gastronómico brutal. Por motivos sentimentales, en Lucio. Pero vamos, que te vale la Taberna del Capitán Alatriste, te vale la Posada de la Villa, por ponerte otros ejemplos. Luego tendrás que tomar un digestivo, ¿no?”.

Este digestivo sería con buenas vistas. “Yo creo que abajo de Madrid Río es la mejor vista de todo el Madrid de las Vistillas. Coges desde Palacio Real hasta Las Vistillas pasando por el Viaducto, bueno, ahí no estaría mal. Después del digestivo te vas a casa y descansas un poquito, y luego ya…, una cena divertida. Iría a Barrutia y el 9. Apúntalo. Se come muy bien en un comedor muy pequeñito y está ahí en la calle Santa Teresa”.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, posa con una mujer que ha participado en un flashmob coordinado por los centros municipales de mayores, a 6 de marzo de 2023, en Madrid (España). Eduardo Parra Europa Press

¿Drogas? Algún porro

En otro momento de la entrevista el alcalde reconoce también que ha probado las drogas, en concreto, los porros. Sobre la experiencia, relata: “Bien, pero tampoco me dejaron la sensación de ‘uf, qué barbaridad’. No sé cómo explicarte. No flipé demasiado”.

Sobre su niñez

Al respecto de su época de niño, califica de su infancia de muy feliz. “Vengo de una familia numerosa en la que nos llevábamos bien y mal, como en todas. Comiendo había que ser rápido para llevarse lo mejor, ya sabes. Era un niño bastante prototípico: me gustaba el fútbol, me gustaba leer, sacaba mis notas en el colegio, era cumplidor, pero sin volverme loco, por encima de los aprobados, pero un poco por debajo de lo que podía haber conseguido”.

Martínez Almeida y Jesús Sánchez.

“Mi madre era la que mandaba. Vengo de un matriarcado, claramente: mi madre era la que decía lo que se hacía y no se hacía”, explica, y acto seguida confiesa ser un niño mimado, el pequeño de la casa. “Claramente, no pasa nada por decirlo. Tienes la ventaja de que tus hermanos ya han transitado los caminos que tú vas a transitar. Te han abierto barreras y obstáculos. En una familia numerosa repartíamos las tareas domésticas y si alguien se escaqueaba de recoger la mesa o fregar los platos era yo. Si había algo que no me gustaba para comer, me libraba”, cuenta.

“Tengo que reconocer que mis hermanas me siguen cuidando como si fuera todavía el pequeño”, revela, y recuerda también lo mal que lo pasó cuando su hermano terminó el colegio: “Ahí tuve un problema porque yo tenía un hermano mayor que me saca ocho años. Mientras él estuvo en el colegio, nadie me tocó un pelo. Ahora: se fue del colegio y yo…, que tenía cierto carácter y que en lo futbolístico no me callaba mis preferencias…, me comí varias collejas. Sobre todo, en el autobús de ida y vuelta al colegio. La gente dijo ‘ahora te vas a enterar’”.

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