WIMBLEDON

Medio siglo de Wimbledon: del “sal de aquí” de McEnroe a Kyrgios

El juez de silla Graham Liddle, de 72 años, se retirará tras el Grand Slam. En una entrevista para el Daily Mail, repasa sus vivencias sobre la hierba de Londres.

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Ningún miembro del big-three tenía Grand Slams. De hecho, ni habían nacido. La hierba de Wimbledon aún no había conocido a su rey, un Roger Federer que ha triunfado ocho veces en La Catedral. Ni a Pete Samparas, que ganó el primero de sus siete trofeos en 1993. William Renshaw, campeón de forma ininterrumpida entre 1881 y 1886, poseía la mayor dinastía jamás vista en el major más antiguo de todos. Aunque ya quedaba muy atrás. Entonces, Bjorn Borg estaba a punto de iniciar su mandato, con sus cinco triunfos seguidos (1976-1980); entonces, en la silla de juez, ya se sentaba Graham Liddle, que se retirará tras la próxima edición del grande londinense.

Uno de esos mitos que, seguramente, no son especialmente recordados por el aficionado medio, pero que trascienden entre los pasillos, los entresijos, en la esencia de un torneo. Medio siglo permite dejar huella. Y, también, impregnarse de la del resto. Pocos conocen Wimbledon como Liddle, de 72 años, que podrá presumir de haber lidiado tanto con Ilie Nastase o John McEnroe como con Nick Kyrgios. Arbitró su primer partido en Londres en 1972 y este fin de semana recibirá un premio de la Lawn Tennis Association por sus prolongados servicios en el Grand Slam, que combinó con labores de funcionario en el gobierno local y de conductor de autobús. Una vida entregada a la ciudad y a su tenis que, en una entrevista para el Daily Mail, queda al alcance de todo el mundo. De los que conocieron a McEnroe y de los que conocen a Kyrgios.

“El problema era que no había un código de conducta en aquellos tiempos y no se tenía el poder para tomar medidas drásticas”, explica recordando sus primeros años impartiendo orden, que califica como “el salvaje Oeste”. “Te sentías bastante aliviado cuando terminaban los partidos”, reconoce mientras recuerda sus aventuras con el propio Nastase o Jimmy Connnors. “La mayoría estaba a favor de (Stan) Smith y en contra de Nastase y sus payasadas. Rompió su raqueta contra el césped, lo que ahora se consideraría una infracción grave. Realmente todo lo que podías hacer era tratar de mantener la calma”, recupera de las semifinales de 1986 del antiguo torneo John Player (Nottingham). “Connors también podía ser difícil, pero a la gente le encantaba verlos y disfrutó con ellos”, añade.

Anécdotas y un recuerdo imborrable

Lindlle no recibió el famoso “you cannot be serious” de McEnroe, que aguantó su compañero Edward James, pero también sufrió al genio estadounidense, que le echó de un partido en el que ni siquiera estaba arbitrando. En ese mítico 1981. “Yo estaba como court captain, a un lado, pero me vio y le preguntó al juez de silla que qué estaba haciendo allí. Parecía que no podía sacarme de su cabeza y terminó pidiéndome que me fuera, Fue molesto, pero no podía hacer mucho”, explica. De ahí a Roger Federer, Novak Djokovic y Rafa Nadal, “verdaderos caballeros”, o a Nick Kyrgios, que le llegó a propinar un pelotazo de forma involuntaria. “Trató de devolverle la bola al recogepelotas, la desvió mal y me golpeó en la frente. Se disculpó y me preguntó si estaba bien”, revela. Anécdotas que, en su cúspide, tienen el triunfo de Andy Murray en 2013: “Andy estuvo increíblemente concentrado ese día. El público estuvo increíble, eléctrico. Nunca pensé que iba a vivir ese día y siempre lo recordaré”. Como Wimbledon a Liddle.

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